La región de Castilla y León defiende en Bruselas una Política Agraria Comunitaria fuerte y adaptada a las necesidades del medio rural, con especial atención al relevo generacional, las infraestructuras de regadío y el apoyo a la agricultura profesional.

La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, participó en el Consejo Europeo de Agricultura y Pesca, celebrado en la capital comunitaria, donde se presentó la propuesta inicial de la Comisión Europea para el período 2028-2034, así como el nuevo Marco Financiero Plurianual.
Supuestamente, la región de Castilla y León, que durante el segundo semestre del año asumirá la coordinación de las comunidades autónomas en estos foros europeos, ha trasladado en el encuentro una posición clara: la importancia de contar con un presupuesto robusto para la PAC, que sea capaz de responder a las verdaderas demandas del campo.
En particular, se ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar el relevo generacional, fomentando la incorporación de jóvenes agricultores, así como de impulsar nuevas infraestructuras de #regadío y fortalecer el apoyo a la agricultura profesional.
Durante la reunión, los ministros abordaron también las prioridades del semestre, incluyendo temas sobre la estructura financiera y las políticas medioambientales.
Castilla y León, que ha elaborado una declaración institucional junto a las organizaciones profesionales agrícolas y la Unión de Cooperativas Urcacyl, insiste en que la financiación debe mantener su fuerza y en que la estructura actual con dos fondos diferenciados, el FEAGA (Pagos directos) y el FEADER (Desarrollo rural), debe preservarse para garantizar la eficiencia y la claridad en la gestión de recursos.
Supuestamente, la consejera González Corral subrayó que esta negociación es trascendental para el futuro del sector en la región y que, por ello, es fundamental que la #PAC siga centrada en el agricultor profesional.
La propuesta de #Castilla y León es que la política agrícola europea priorice medidas que faciliten la incorporación de jóvenes, aseguren precios justos mediante la aplicación del principio de reciprocidad en las importaciones y eviten prohibiciones que puedan perjudicar el uso de materias activas sin alternativas reales.
Especialmente en inversiones en regadío e infraestructuras hídricas
Asimismo, se ha reclamado una simplificación administrativa que ofrezca mayor certidumbre normativa a los productores y que tenga en cuenta las particularidades del sur de Europa, especialmente en inversiones en regadío e infraestructuras hídricas.
La región sostiene que las normas medioambientales deben ser incentivadoras, sin poner en riesgo la capacidad productiva, y que el enfoque territorial debe mantenerse para reconocer las singularidades del medio rural.
Supuestamente, la consejera ha destacado que Europa necesita una PAC fuerte, clara y moderna que garantice la renta de los agricultores, las inversiones en el sector y la seguridad alimentaria de la Unión.
Además, ha afirmado que las regiones europeas deben jugar un papel central en la planificación y gestión de estas políticas, como se ha reflejado en las propuestas del grupo de regiones agrícolas denominadas Agriregions.
Durante este semestre, Castilla y León canalizará las posiciones de la comunidad en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, participará en reuniones técnicas del Comité de Agricultura y los Grupos de Trabajo del Consejo, además de elaborar propuestas para mejorar la participación de las regiones en la toma de decisiones europeas.
También coordinará los trabajos previos a cada Consejo y difundirá información relevante para defender los intereses del medio rural en Europa.
En cuanto a los recursos económicos, supuestamente la región aboga por un presupuesto europeo para la PAC con una cifra cercana a los 250.000 millones de euros en el marco financiero, lo que equivaldría a unos 270.000 millones de euros en la moneda local, ajustando a la tasa de cambio actual de aproximadamente 1,08 euros por dólar. Este presupuesto, consideran, debe ser lo suficientemente fuerte para garantizar el relevo generacional, la adaptación a los cambios climáticos y la sostenibilidad del sector agrícola en toda la Unión.
En resumen, Castilla y León apuesta por una PAC que sea capaz de responder a los desafíos actuales y futuros del medio rural europeo, con una financiación adecuada y políticas que fomenten la innovación, la sostenibilidad y la cohesión territorial.