València y Tallin consolidan su alianza estratégica para potenciar ecosistemas emprendedores y facilitar la internacionalización de startups en ambas ciudades mediante acuerdos bilaterales y programas de colaboración.

València continúa ampliando su presencia en el escenario internacional de la innovación y el emprendimiento tecnológico. En una reciente visita a la ciudad de Tallin, capital de Estonia, la concejala de Turismo, Innovación y Captación de Inversiones del Ayuntamiento de València, Paula Llobet, firmó un acuerdo estratégico con la vicealcaldesa de Tallin, Margot Roose.
Este convenio forma parte de la iniciativa València Innovation Capital, que busca fortalecer las relaciones y sinergias entre ambas urbes en campos como la tecnología, el desarrollo urbano y la innovación empresarial.
Tallin es reconocida en Europa por su destacado ecosistema tecnológico y su liderazgo en emprendimiento digital. La ciudad cuenta con la mayor concentración de unicornios per cápita del continente, con empresas como Wise, Bolt y Pipedrive, que han nacido y crecido en su entorno.
La experiencia de Tallin en el ámbito de los unicornios es un ejemplo de cómo una ciudad pequeña puede convertirse en un centro de innovación global.
Además, programas como la e-Residency han permitido que emprendedores de todo el mundo puedan crear y gestionar empresas en Estonia de manera remota, fomentando la internacionalización de startups y ampliando su alcance global.
El acuerdo firmado en Tallin tiene como objetivo potenciar la colaboración entre ambas ciudades en el ámbito del emprendimiento innovador. Paula Llobet explicó que este convenio permitirá a València trabajar con los mejores en un momento clave de crecimiento y expansión internacional de su ecosistema emprendedor.
La edil subrayó que la colaboración busca impulsar alianzas que faciliten la internacionalización de startups, la generación de empleo y la captación de inversiones extranjeras.
Además, resaltó que el acuerdo contempla la posibilidad de proponer hasta tres proyectos anuales para ser probados en la ciudad socia, dentro del programa 'sandbox', un mecanismo que permite la prueba de nuevas ideas y soluciones en un entorno controlado.
Para este 'roadtrip' internacional, se ha destinado un presupuesto de aproximadamente 570.000 euros, equivalente a unos 615.000 dólares estadounidenses, para promover la colaboración y la firma de hasta 20 acuerdos con ciudades estratégicas en diferentes continentes. La iniciativa está gestionada a través de la València Innovation Alliance, que trabaja para crear sinergias con otras urbes y atraer inversores y agentes del ecosistema global.
El convenio inicial tendrá una duración de un año, prorrogable, e incluye la creación de mecanismos de 'softlanding', que faciliten la implantación de startups en los mercados internacionales.
Ambas partes también se comprometen a dar visibilidad a las iniciativas conjuntas y explorar nuevas áreas de cooperación en innovación urbana y tecnología.
Esta colaboración se suma a la firma de un acuerdo reciente con Medellín, Colombia, que marcó la primera alianza de València con un ecosistema latinoamericano en este ámbito, reforzando su estrategia de internacionalización y apertura global.
Durante su estancia en Tallin, Paula Llobet mantuvo reuniones con representantes del gobierno estonio y del programa e-Residency, donde abordaron oportunidades para atraer talento extranjero y facilitar inversiones en innovación.
También visitó las oficinas del unicornio tecnológico Glia, fundado por un e-residente, y conoció el proyecto Greenful Group, una de las iniciativas de economía circular más prometedoras del norte de Europa.
La visita institucional incluyó además encuentros con actores clave del ecosistema local, en los que se abordaron estrategias para potenciar la colaboración y la transferencia de conocimientos entre ambas ciudades.
Con este tipo de alianzas, València busca consolidarse como un referente en innovación urbana y atracción de talento internacional, promoviendo una economía basada en el conocimiento y la tecnología que genere empleo de calidad y atraiga inversión extranjera.
La experiencia de Tallin, con su ecosistema vibrante y su modelo de colaboración público-privada, ofrece un ejemplo a seguir para la ciudad española en su proceso de transformación digital y desarrollo sostenible.