El calor extremo puede tener efectos perjudiciales en el funcionamiento y bienestar del ser humano. Aumenta, por ejemplo, el riesgo de ataques cardíacos, fallos renales y trastornos de juicio

Imagen relacionada de las graves consecuencias del calor extremo en el cuerpo humano

El incremento constante de las temperaturas en todo el mundo está demostrando ser letal.

Este año, más de 100 personas han muerto por causas relacionadas con el calor extremo en México, al igual que varios docenas en distintos estados de EE.UU. En Canadá, la situación no es más alentadora, con varios fallecimientos sospechosos relacionados con el calor en Columbia Británica, donde una 'cúpula de calor' mató a más de 600 personas en 2021.

Los científicos atribuyen este impacto a la presión que el calor ejerce sobre múltiples órganos, desorientando la memoria, causando una rápida deshidratación y, finalmente, llevando a la muerte si el cuerpo no consigue enfriarse lo suficientemente rápido.

Cuando las temperaturas suben, nuestro cerebro puede tener dificultades para procesar información.

Este declive en la función cognitiva puede afectar el juicio, aumentando el riesgo de caídas o lesiones.

En casos extremos, el calor elevado puede incluso causar una peligrosa inflamación cerebral.

La piel también tiene un papel crucial en la refrigeración del cuerpo.


Sin embargo, este proceso puede verse interrumpido con calor extremo, especialmente cuando se combina con alta humedad.

Además, los episodios de calor extremo ejercen una gran presión sobre el sistema cardiovascular.

Con el aumento de la temperatura corporal, más sangre queda atrapada en la piel mientras el cuerpo intenta enfriarse, lo que provoca que el corazón tenga que trabajar más duro para bombear la sangre al resto del cuerpo.

Respirar aire caliente y húmedo puede ser duro para los pulmones, exacerbando condiciones existentes y aumentando el riesgo de otros problemas respiratorios.

La deshidratación también puede causar problemas como el fallo renal o el desequilibrio de electrolitos, entre otros.

Para protegerse del calor extremo, Cheung recomienda buscar refugio en interiores con aire acondicionado y bañarse o ducharse con agua fría si las cosas se ponen demasiado difíciles.

De no ser posible, sugerimos envolverse con toallas empapadas en agua.

'Lo mejor que puedes hacer es enfriarte lo mejor que puedas', concluye.