El regreso de El Niño después de casi ocho años de ausencia podría tener un impacto en el clima invernal en las praderas.

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El patrón climático se produce cuando la temperatura de las aguas del Océano Pacífico a lo largo del ecuador, frente a la costa de Perú, aumenta por encima de lo normal.

El aire sobre esa agua se calienta y se desplaza hacia el norte. En el oeste de Canadá, esta intrusión de aire más cálido puede cambiar el patrón general de la corriente en chorro polar, una banda estrecha de aire de movimiento rápido que separa el #clima más frío al norte del clima más templado al sur.

Según Terri Lang, meteoróloga del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, las condiciones de #El Niño en general provocarán inviernos más cálidos y secos que el promedio en las praderas.

Además, los sistemas de baja presión portadores de humedad que viajan a lo largo de la corriente en chorro también se desplazarán más hacia el norte.

Aunque El Niño puede traer inviernos más cálidos y secos

Aunque El Niño puede traer inviernos más cálidos y secos, no se descartan las nevadas y las temperaturas frías. La NOAA en los EE. UU. predice que este El Niño podría ser fuerte, mientras que David DeWitt, director del Centro de Predicción del Clima de la NOAA, advierte que es importante tener en cuenta otros fenómenos climáticos estacionales en todo el mundo que podrían impactar la fuerza de El Niño.

Algunas agencias de clima especulan que El Niño podría aumentar aún más las temperaturas en 2024, después de un 2023 que promete ser el año más caluroso registrado.

Esta situación podría complicar aún más las cosas para las praderas, especialmente después de una temporada récord de incendios forestales y sequías intensas.

Dados los datos más recientes sobre sequía, se observa que la mayoría de las #praderas están más secas de lo normal, con partes del sur de Alberta experimentando sequías excepcionales.