El gobierno estadounidense anuncia oficialmente su retiro de la Unesco, alegando que la organización no favorece los intereses nacionales y criticando su enfoque en causas sociales y políticas divisivas.

La decisión, que supone la tercera salida del país de esta organización en su historia, responde a la percepción de que la membresía en la Unesco no aporta beneficios a los intereses nacionales estadounidenses.
Supuestamente, esta decisión fue tomada tras una revisión de las políticas y actividades de la organización, que el gobierno estadounidense considera que se alejan de los valores y prioridades de Estados Unidos.
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, declaró en un comunicado que continuar participando en la Unesco no resulta en beneficios para su política exterior y que, por el contrario, la organización fomenta causas sociales y culturales que dividen y que su enfoque en la agenda globalista, particularmente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, contrasta con la política de “Estados Unidos primero”.
La controversia se agudizó tras la admisión del Estado de Palestina como miembro pleno, una decisión que Bruce calificó de problemática y contraria a los intereses de Washington, además de promover retóricas antiisraelíes dentro de la organización.
Presuntamente, esta postura refleja una percepción de sesgo político y una priorización de agendas que no alinean con los objetivos de política exterior estadounidense.
Cabe recordar que esta no es la primera vez que Estados Unidos se retira de la Unesco. En 1984, durante la presidencia de Ronald Reagan, el país abandonó la organización debido a acusaciones de politización excesiva y gestión ineficaz.
La reentrada ocurrió en 2003, bajo la administración del expresidente George W. Bush, y fue reforzada con el regreso oficial en 2018, durante el mandato de Donald Trump. Sin embargo, esta decisión de 2024 marca una nueva etapa en la postura de Washington respecto a su participación en organismos internacionales.
Reinsertando al país en la Unesco
Trump, que también anunció su retiro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020, ya había adoptado políticas similares durante su primer mandato (2017-2021), desligándose de varias organizaciones multilaterales que consideraba que no servían a los intereses de EE.UU. La Administración Biden, por su parte, revirtió esas decisiones, reinsertando al país en la Unesco, la OMS y otros pactos internacionales relacionados con el cambio climático.
Según la portavoz Bruce, a partir de ahora, la participación de Estados Unidos en #organismos internacionales se centrará en promover sus intereses con mayor claridad y firmeza, priorizando los beneficios nacionales sobre las contribuciones a agendas globalistas.
Hasta la fecha, Estados Unidos ha contribuido con aproximadamente 80 millones de dólares anuales a la Unesco, una cifra que, convertida a euros, equivaldría a unos 75 millones, y que presuntamente dejará de aportarse a partir de 2026.
Por su parte, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, expresó su pesar por la decisión del gobierno estadounidense, aunque afirmó que estaban preparados para afrontar la situación, incluso en términos presupuestarios.
La organización, fundada en 1945, ha sido un pilar en la promoción de la educación, la ciencia y la cultura a nivel mundial, aunque no ha estado exenta de controversias, especialmente en temas políticos y de gestión.
Supuestamente, esta sería la tercera vez que Estados Unidos abandona la Unesco. La primera ocurrió en 1984 bajo Reagan, y la segunda en 2018, tras la reentrada durante la mandato de Trump. La historia refleja las tensiones entre intereses políticos y la cooperación internacional, un tema que sigue siendo vigente en la política exterior estadounidense.