Apple revela que los posibles aranceles en Estados Unidos podrían incrementar sus costos en aproximadamente 800 millones de euros en el próximo trimestre, mientras intensifica su producción en India para sortear las tarifas comerciales.

Apple ha dado a conocer que la posible imposición de aranceles en Estados Unidos podría impactar sus finanzas en una cantidad cercana a los 800 millones de euros durante el próximo trimestre.
La compañía, que actualmente produce la mayor parte de sus iPhones en China, está implementando una estrategia para reducir su dependencia del país asiático y evitar las elevadas tarifas comerciales que podrían afectar su rentabilidad.
Desde hace varios años, la relación comercial entre Estados Unidos y China ha estado marcada por tensiones y tarifas que han encarecido la importación de productos tecnológicos.
En 2018, la administración del expresidente Donald Trump anunció aranceles del 25% sobre diferentes bienes chinos, incluyendo componentes electrónicos y dispositivos de alta tecnología.
Esto llevó a muchas empresas, como Apple, a buscar alternativas para mitigar el impacto en sus costos y precios finales.
Apple, en su informe financiero del último trimestre, reveló que los aranceles podrían añadir aproximadamente 900 millones de dólares (unos 800 millones de euros) a sus gastos, si las tarifas se mantienen o aumentan.
Aunque el CEO Tim Cook afirmó que las tarifas tuvieron un impacto limitado en el trimestre de marzo gracias a optimizaciones en su cadena de suministro, advirtió que el entorno comercial podría cambiar y afectar aún más los resultados en el futuro.
Para hacer frente a esta situación, Apple está intensificando sus planes de producción en India, país que ha ofrecido incentivos y facilidades para atraer a empresas tecnológicas.
Según fuentes cercanas a la compañía, Apple mantiene conversaciones urgentes con sus principales socios fabricantes, Foxconn y Tata, con el objetivo de trasladar la mayor parte de su producción destinada a Estados Unidos a India antes de 2026.
Este movimiento no solo busca reducir los costos derivados de los aranceles, sino también diversificar su cadena de suministro en un contexto global cada vez más incierto.
Históricamente, Apple ha invertido miles de millones de dólares en su cadena de producción en China, siendo ese país su principal centro de fabricación desde hace más de una década.
Sin embargo, las tensiones comerciales entre Washington y Beijing, junto con las interrupciones ocasionadas por la pandemia de COVID-19, han acelerado la búsqueda de alternativas.
India, con su gran mercado interno y políticas favorables para la inversión extranjera, se ha convertido en un destino clave.
El impacto de estos aranceles en los precios y en las cadenas de suministro ya se ha sentido en el sector tecnológico. Varias empresas han tenido que ajustar sus estrategias, aumentando los costos o retrasando lanzamientos de productos. La propia Apple ha declarado que, si las tarifas en EE.UU. se mantienen o se incrementan, podrían afectar sus márgenes de ganancia y, por ende, los precios para los consumidores.
Por otro lado, Apple continúa expandiendo su presencia en Estados Unidos, anunciando planes de inversión de más de 450 mil millones de euros en nuevas instalaciones y empleos en diferentes estados en los próximos cuatro años.
Esta estrategia busca fortalecer su imagen como empresa comprometida con la economía local y reducir su dependencia de las cadenas de producción en Asia.
En el contexto global, las tensiones comerciales y las políticas proteccionistas siguen siendo un desafío para las grandes tecnológicas. La guerra arancelaria entre EE.UU. y China ha marcado un antes y un después en la estrategia de producción de muchas multinacionales, que ahora buscan equilibrar costos, riesgos y oportunidades en diferentes regiones del mundo.
La decisión de Apple de trasladar parte de su producción a India será un caso de estudio para entender cómo las empresas pueden adaptarse a un escenario económico en constante cambio.