El presidente Donald Trump ha decidido pausar tarifas recíprocas por 90 días, mientras aumenta a un 125% los impuestos sobre productos chinos. ¿Cómo afectará esto a los consumidores?

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En un giro inesperado en la guerra comercial, el presidente Donald Trump ha anunciado una pausa de 90 días en las tarifas recíprocas aplicadas a numerosos países.

Sin embargo, ha decidido elevar las tarifas sobre los productos provenientes de China a un desorbitante 125%. Esta decisión ha generado un aire de incertidumbre entre los consumidores estadounidenses, quienes se preguntan cómo afectará esta situación a sus finanzas personales.

Desde la medianoche del miércoles, la Casa Blanca había establecido tarifas de dos dígitos sobre productos importados de una serie de países. Sin embargo, horas después, Trump dio marcha atrás, reduciendo las tarifas a un 10% durante tres meses. Este alivio temporal provocó un notable aumento en Wall Street, pero la preocupación persiste en el ámbito cotidiano. Bill Adams, economista principal de Comerica Bank, comentó que "los cambios en la política tarifaria han generado tantas preguntas como respuestas".

La escalada de tensiones con China se ha intensificado, ya que el presidente Trump justifica el aumento de tarifas a un 125% en respuesta a lo que considera una falta de respeto de parte de China hacia los mercados globales.

En contrapartida, China ha decidido imponer tarifas del 84% sobre todos los productos estadounidenses.

Trump ha argumentado que esta pausa en las tarifas se produce luego de que más de 75 países se acercaran a los Estados Unidos para negociar. Sin embargo, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, advirtió que las negociaciones no se concretarán de inmediato, lo que sugiere que la tranquilidad en los mercados podría ser efímera.

Para los consumidores, la situación podría complicarse aún más. Mark Zandi, economista de Moody's Analytics, ha señalado que los estadounidenses podrían enfrentar "más días difíciles en el mercado de valores" y un aumento "masivo" en los precios, además de la posibilidad de una recesión.

A pesar de la pausa en las tarifas recíprocas, Zandi advierte que el incremento del 125% en las tarifas sobre productos chinos mantiene el costo efectivo de las tarifas en un nivel superior al 20%, lo que se traduce en aumentos de precios significativos en productos cotidianos, desde ropa hasta automóviles y teléfonos móviles.

Las tarifas son una forma de impuesto sobre los bienes importados de otros países. Aunque Trump ha afirmado que son los países extranjeros quienes asumen el costo, en realidad, son las empresas importadoras estadounidenses las que deben pagar estos impuestos.

Con frecuencia, esas empresas trasladan al menos parte de esos costos a los consumidores, lo que implica que las tarifas pueden ser inflacionarias.

El impacto de las tarifas también se siente en el mercado de valores, donde las acciones han experimentado fluctuaciones dramáticas desde el anuncio de las tarifas.

En particular, la S&P 500 cayó brevemente a territorio de mercado bajista antes de recuperarse tras el anuncio de la pausa.

Según un análisis del Yale Budget Lab, los precios de la ropa podrían aumentar un 33%, mientras que los alimentos podrían ver un incremento del 4.5%. Además, el nuevo aumento de tarifas sobre vehículos importados podría elevar los precios de los automóviles en un promedio del 13.5%.

La incertidumbre continúa reinando en el panorama económico, y mientras Trump asegura que no será necesario aumentar las tarifas nuevamente, la respuesta de China sigue siendo un factor crucial.

Con el comercio entre ambas naciones en juego, los consumidores estadounidenses deben prepararse para un futuro incierto en cuanto a precios y disponibilidad de productos.