La reciente aprobación del proyecto de ley de reconciliación del expresidente Donald Trump podría favorecer a China en la competencia global de vehículos eléctricos, poniendo en riesgo la posición de Estados Unidos en el mercado y beneficiando a los fabricantes chinos.

Presuntamente, esta legislación, firmada el pasado 4 de julio, elimina importantes incentivos fiscales para la compra y producción de VE en Estados Unidos, acelerando la retirada de los créditos fiscales federales que terminaban en septiembre de 2025.
Este cambio en las políticas tiene implicaciones profundas no solo para la industria automotriz estadounidense, sino también para la economía global.
La eliminación de los incentivos, que supuestamente favorecían a los fabricantes nacionales, podría hacer que los vehículos eléctricos producidos en #Estados Unidos sean menos competitivos en precio frente a los chinos, quienes, según datos presuntamente confidenciales, dominan aproximadamente el 62% del mercado global de VE.
Supuestamente, China ya vendió cerca de un millón de vehículos eléctricos en mayo pasado y ha acumulado unas 4.4 millones de ventas en lo que va del 2025, cifras que superan ampliamente a las de Estados Unidos, que vendió aproximadamente 330,000 unidades en el primer trimestre, según datos de la firma Rho Motion.
Además, países como Noruega, España y Brasil han mostrado una creciente preferencia por los autos chinos, que ofrecen mayor accesibilidad y tecnología avanzada.
Históricamente, Estados Unidos ha liderado la innovación en tecnología automotriz, pero la reciente decisión #política podría marcar un punto de inflexión.
La supuestamente acelerada reducción de incentivos puede generar una disminución en la inversión en investigación y desarrollo en el país, haciendo que las empresas automotrices estadounidenses pierdan competitividad.
China
En cambio, China, que ha invertido de manera significativa en infraestructura y tecnología para VE, continúa expandiendo su liderazgo.
Los críticos del proyecto de ley advierten que esta situación podría costar miles de empleos en Estados Unidos y reducir las inversiones en el sector, que anteriormente sumaban miles de millones de dólares en beneficios y desarrollo tecnológico.
La supuesta estrategia de reducir el apoyo gubernamental a la industria local podría facilitar que China aumente aún más su participación en el mercado internacional, consolidando su posición como principal productor y exportador de vehículos eléctricos.
Por otro lado, algunos analistas consideran que, a pesar de las recientes medidas, todavía existen oportunidades para que las empresas estadounidenses innoven y recuperen terreno, especialmente si el gobierno decide implementar nuevas políticas de apoyo o incentivos en el futuro.
Sin embargo, la tendencia actual parece favorecer a China, que continúa expandiendo su huella global mediante acuerdos comerciales y alianzas estratégicas.
En conclusión, la aprobación del 'Big, Beautiful Bill' podría ser vista como un paso que, en su contexto, supuestamente favorece a China en la competencia por la supremacía en vehículos eléctricos.
La comunidad internacional sigue observando cómo estas decisiones políticas impactarán en el mercado global y si Estados Unidos podrá revertir esta tendencia en los próximos años.