El aumento en los precios de bienes y servicios en Europa podría estar relacionado con las recientes políticas arancelarias, generando una tendencia inflacionaria que afecta a los consumidores en 2024.

Según supuestamente informes del Eurostat, en junio de 2024, la tasa de #inflación anual en la eurozona alcanzó un 2.7%, siendo esta la cifra más alta desde febrero del mismo año. Aunque las causas de este aumento son multifacéticas, muchos expertos presumen que las #tarifas aplicadas por algunos países miembros y las políticas comerciales restrictivas están jugando un papel importante en este fenómeno.
Supuestamente, estas tarifas elevadas en la importación de bienes han incrementado el coste de productos esenciales y de consumo cotidiano. Por ejemplo, los #precios de alimentos procesados, combustibles y productos electrónicos han experimentado subidas que oscilan entre el 2% y el 4% en solo unos meses.
Para ponerlo en perspectiva, una botella de vino de buena calidad, que en 2023 costaba aproximadamente 10 euros, ahora podría estar cerca de los 11,50 euros en algunos establecimientos, reflejando un incremento cercano al 15%.
Algunos analistas presumen que, si esta tendencia continúa, los consumidores europeos podrían sentir un impacto más fuerte en sus presupuestos, especialmente en aquellos con ingresos limitados.
El aumento en los precios de los bienes de consumo no es un fenómeno exclusivo de Europa; también se ha observado en Estados Unidos y otras economías principales.
En Europa
Sin embargo, en Europa, donde las políticas arancelarias han sido motivo de intenso debate, se sospecha que las decisiones tomadas en el último año han contribuido significativamente a este escenario inflacionario.
Presuntamente, las tarifas en productos importados desde Asia y América han subido en promedio un 10%, encareciendo los productos finales en los supermercados y tiendas.
Históricamente, las políticas de protección comercial y las tarifas arancelarias han tenido efectos duales: por un lado, buscan proteger la industria local, pero por otro, suelen encarecer los productos y reducir la competencia, lo que puede traducirse en inflación.
En el pasado, políticas similares en la década de 1970 y principios de los 2000 ya mostraron cómo las medidas proteccionistas pueden derivar en aumentos de precios y en una #economía menos competitiva.
Supuestamente, algunos gobiernos europeos están considerando ajustar sus políticas para frenar esta tendencia inflacionaria, pero las decisiones aún están en discusión.
Mientras tanto, los consumidores presumen que deberán hacer ajustes en sus presupuestos para afrontar una inflación que, según algunos analistas, todavía puede aumentar en los próximos meses.