La propuesta de Trump para una deducción fiscal en préstamos de autos nuevos en 2025 trae ventajas, pero también numerosas restricciones que podrían limitar su impacto para los compradores.

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Sin embargo, esta medida, que supuestamente permitirá deducir hasta 10,000 dólares en intereses de préstamos para autos nuevos, presenta varias limitaciones que podrían reducir considerablemente sus beneficios para la mayoría de los consumidores.

Según supuestamente expertos en #economía y tributación, la deducción solo será aplicable a préstamos destinados a la compra de vehículos nuevos con su ensamblaje final en Estados Unidos.

Además, el monto total de interés que se puede deducir en un año fiscal está limitado a esa cifra máxima de 10,000 dólares, lo que equivale aproximadamente a unos 9,200 euros bajo la cotización actual del dólar.

Para alcanzar ese límite, un préstamo tendría que superar los 110,000 dólares, unos 101,200 euros, en condiciones de interés elevadas, lo cual es poco común en la mayoría de las compras de automóviles.

Supuestamente, la ley también establece que solo podrán beneficiarse de esta deducción los contribuyentes con ingresos por debajo de ciertos límites, específicamente 100,000 dólares (unos 92,000 euros) para solteros y 200,000 dólares (unos 184,000 euros) para parejas casadas.

Los contribuyentes con ingresos superiores a estos límites no podrán acceder a la deducción, lo que deja fuera a muchos compradores de vehículos de gama alta o con mayores recursos económicos.

Otra restricción importante es que los vehículos deben tener su ensamblaje final en Estados Unidos, lo cual excluye muchas marcas extranjeras que, sin embargo, fabrican en el país, como Toyota o Honda.

La normativa también especifica que los #automóviles utilizados con fines comerciales o adquiridos mediante leasing no serán elegibles para la deducción

La normativa también especifica que los automóviles utilizados con fines comerciales o adquiridos mediante leasing no serán elegibles para la deducción, lo cual limita aún más su alcance.

Históricamente, las políticas fiscales en Estados Unidos han buscado incentivar la producción y compra de autos fabricados localmente. Desde la implementación del impuesto sobre vehículos en los años 80, las medidas han variado dependiendo del contexto económico y político. La propuesta actual, supuestamente, busca fortalecer la industria automotriz estadounidense y reducir la dependencia de importaciones, pero también genera controversia por sus posibles desigualdades.

Para los consumidores, la ventaja potencial de ahorrar en #impuestos en préstamos de más de 50.000 euros (equivalente a 55.000 dólares) en intereses puede parecer atractiva, pero en la práctica, supuestamente, pocos alcanzarán esa cifra de interés en un solo año. Por ejemplo, un préstamo de 100.000 euros a interés del 8% durante 72 meses implicaría pagar aproximadamente 8.000 euros en intereses anuales, lo que sería el máximo deducible.

Supuestamente, la economía y la industria automotriz están en una fase de incertidumbre, debido en parte a las tensiones comerciales y las políticas arancelarias.

Los aranceles sobre las importaciones de piezas y vehículos podrían incrementar los precios finales, complicando que la deducción fiscal sea realmente beneficiosa para el comprador promedio.

En conclusión, aunque la propuesta de una deducción en los intereses de préstamos para autos en 2025 pueda parecer una ventaja significativa, en realidad, sus limitaciones, restricciones de ingresos, requisitos de ensamblaje y límites de interés, hacen que su aplicabilidad sea mucho más restringida de lo que aparenta.