Un grupo de estudiantes y profesores se embarca en un experimento que revela la dependencia tecnológica actual y sus efectos positivos.

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¿Alguna vez has pensado en lo que sería estar 48 horas sin tu teléfono móvil? En una sociedad donde la tecnología se ha convertido en un pilar fundamental de nuestras vidas, la idea de desconectarse puede parecer casi surrealista.

Sin embargo, un grupo de doce alumnos del IES Los Sauces en Benavente (Zamora) y tres de sus profesores decidieron llevar a cabo un experimento que desafía esta dependencia: se desconectaron de sus dispositivos móviles y redes sociales durante una semana, en un proyecto que denominaron "Desconectar para reconectar".

La rápida expansión del uso de teléfonos inteligentes en la última década ha transformado la forma en que nos comunicamos y socializamos. La mensajería instantánea y las redes sociales han hecho que estos dispositivos sean casi una extensión de nuestra identidad. Para muchos jóvenes, la mera idea de estar desconectados provoca ansiedad, un fenómeno conocido como FOMO (Fear of Missing Out o miedo a perderse algo).

Sin embargo, este experimento no solo busca poner a prueba esa ansiedad, sino también abrir la puerta a otras formas de interacción y entretenimiento.

Durante esa semana, los estudiantes compartieron su experiencia a través de la cuenta de YouTube Interbenavente. Muchos de ellos se sintieron liberados al no tener que estar pendientes de responder mensajes o de las actualizaciones de sus amigos. Valeria González, una de las participantes, expresó que lo más complicado fue el fin de semana, cuando el tiempo libre parecía excesivo. Sin embargo, admitió que había anticipado que sería mucho más difícil.

Manuel Bello, un psicólogo especializado en mindfulness, comentó en una entrevista que cultivar la habilidad de estar sin dispositivos es esencial para experimentar plenamente la vida.

A pesar de que la sensación de aburrimiento puede ser incómoda, aprender a sobrellevarla puede conducir a una mayor satisfacción y a vivir en el presente.

Por su parte, Fernando Pena, presidente de la Asociación Española de Psicología Sanitaria (Aepsis), subrayó que reducir el tiempo frente a las pantallas puede fomentar interacciones sociales más significativas, mejorando las relaciones con amigos, familiares y parejas.

Esta desconexión también puede ayudar a mitigar la ansiedad y la depresión, problemas que han aumentado en la era digital, especialmente entre los jóvenes.

Pena ofrece consejos para aquellos que deseen intentar una desconexión digital: 1) Observa tu uso del dispositivo; si un 5% de batería te genera ansiedad, podría ser momento de desconectar.

2) Informa a tus seres queridos sobre tus planes de desconexión y organiza tus actividades. 3) Designa un espacio en tu hogar donde no se permitan móviles. 4) Establece horarios específicos para usar el móvil, si la idea de estar completamente desconectado resulta angustiante.

El hecho de que pasar 48 horas sin un teléfono móvil se considere un reto revela mucho sobre nuestra sociedad actual. Aunque la desconexión puede ser un desafío al principio, los beneficios que se derivan de esta experiencia son innegables. Muchos jóvenes, al participar en estos experimentos, no solo toman conciencia de su dependencia tecnológica, sino que también encuentran un equilibrio entre el mundo digital y la vida real.

¿Te animarías a intentarlo?