Un nuevo dispositivo de desalinización creado por la Universidad de Dalhousie ofrece una solución accesible y sostenible para el problema de escasez de agua.
Investigadores de la Universidad de Dalhousie en Nueva Escocia han diseñado un innovador dispositivo que busca combatir la escasez de agua, un problema que afecta a aproximadamente 2.200 millones de personas a nivel mundial, según un informe de la ONU. Este dispositivo, que podría confundirse con una boya flotante, se presenta como una solución ecológica y de bajo costo para convertir agua de mar en agua potable.
El aparato, creado por los investigadores Mita Dasog y Matthew Margeson, está fabricado a partir de materiales reciclados, como neumáticos viejos, y su objetivo es ser accesible y autosuficiente en lugares que carecen de electricidad.
Más específicamente, el dispositivo tiene un costo total de fabricación de aproximadamente 4,70 €, lo que lo convierte en una opción viable para comunidades que enfrentan retos hídricos.
"El 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua, pero la mayor parte es agua salada, que no es apta para el consumo humano", afirma Dasog.
Esto resalta la importancia de contar con tecnologías que permitan la conversión de agua salada en agua dulce de manera eficiente y económica.
El funcionamiento del dispositivo se basa en la energía solar, lo que lo hace aún más atractivo para su uso en regiones con recursos energéticos limitados.
El sistema utiliza mechas de algodón que absorben el agua del océano y la transportan al interior de una cúpula.
En el interior, una fibra recubierta de carburo de titanio —también proveniente de neumáticos reciclados— captura la luz solar y la transforma en calor.
Este calor evapora el agua, dejando atrás la sal y permitiendo que el vapor se condense en una bolsa sellada, generando hasta 3,5 litros de agua dulce por día, suficiente para satisfacer las necesidades diarias de una persona.
Las pruebas realizadas en aguas de Nueva Escocia han demostrado la eficacia del dispositivo, que se mantiene a flote y opera adecuadamente incluso en días nublados.
A medida que el proyecto avanza, los investigadores tienen la intención de realizar pruebas en comunidades del sur de Asia, donde buscan evaluar su efectividad en contextos reales de escasez de agua.
Con un costo de desalinización que no supera el céntimo de euro por litro, este dispositivo representa una solución innovadora para países que enfrentan desafíos hídricos y carecen de un acceso económico y abundante a la energía.
"La incorporación de materiales reciclados no solo reduce costos, sino que también aborda el problema de los desechos", señala Margeson, enfatizando la motivación detrás de esta creación.
El desarrollo de tecnologías como este dispositivo de desalinización podría marcar un antes y un después en la forma en que las comunidades vulnerables acceden al agua potable y manejan la crisis hídrica global.
Mientras el mundo enfrenta desafíos climáticos y de sostenibilidad, iniciativas como esta subrayan la importancia de la innovación y la responsabilidad ambiental en la búsqueda de soluciones a problemas que afectan a millones de personas.