Tesla ha reactivado la opción de compra al finalizar el leasing, una estrategia que contrasta con sus promesas iniciales de implementar una flota de robotaxis. Esta maniobra responde a la caída en el valor de sus autos usados y a la desaceleración en la demanda de vehículos eléctricos. La medida, que busca evitar pérdidas mayores, revela las dificultades que enfrenta Tesla en su ambicioso plan de autonomía total y en la gestión de su inventario de vehículos usados.

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En los últimos años, Tesla ha sido sinónimo de innovación y promesas audaces en el sector de los vehículos eléctricos y la conducción autónoma.

Desde que su CEO, Elon Musk, anunció en 2019 la intención de crear una flota de robotaxis totalmente autónomos, el interés y las expectativas en torno a la marca crecieron exponencialmente.

Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente y, a día de hoy, muchas de esas promesas siguen sin cumplirse en la práctica.

Recientemente, Tesla ha dado un giro en su política de leasing. Hasta hace poco, la compañía prohibía a los clientes comprar los vehículos al finalizar el contrato de arrendamiento para mantener el control sobre su inventario y facilitar la expansión de su red de robotaxis.

Esta estrategia, que se inició en 2019, permitía a Tesla ofrecer a los clientes solo la opción de devolver el vehículo, con la promesa de que en el futuro podrían adquirirlo, una promesa que nunca se materializó en los términos esperados.

El cambio más reciente ocurrió en noviembre de 2023, cuando Tesla anunció en su plataforma que los clientes ahora podrán realizar la opción de compra de sus vehículos al término del leasing.

Este ajuste responde a la caída en el valor de los autos usados y a la disminución de la demanda de vehículos de segunda mano, especialmente en Estados Unidos, donde la compañía tiene su mayor volumen de ventas.

Históricamente, la estrategia de Tesla de vender vehículos usados con software actualizado y mejoras por medio de actualizaciones remotas ha sido muy rentable.

La compañía vendía estos autos a precios significativamente más altos que los de mercado, aprovechando la percepción de que serían utilizados en la futura flota de robotaxis.

Sin embargo, esa promesa nunca se concretó, y muchos clientes se sintieron defraudados.

El mercado de vehículos eléctricos ha cambiado rápidamente en los últimos años. La competencia ha aumentado, y los precios de los autos usados, particularmente los de Tesla, han caído en picado. Un informe reciente de CarGurus revela que las Teslas de segunda mano han perdido aproximadamente un 7.6% de su valor en el último año, en comparación con una caída del 0.8% en el mercado general. Modelos como el Cybertruck han visto descensos de hasta el 46%, mientras que el Model Y tiene una caída del 14.1%.

Este descenso en el valor de los vehículos usados ha obligado a Tesla a reconsiderar su política de compras al final del leasing para evitar acumular inventario que podría depreciarse aún más.

La compañía, que también ha enfrentado críticas por su enfoque en la conducción autónoma, continúa prometiendo avances en esta tecnología, pero los retrasos y las dificultades técnicas han generado escepticismo entre analistas e inversores.

El propio Musk ha sido criticado por retrasar la llegada de los robotaxis y por la falta de transparencia en sus promesas. La historia de Tesla está llena de promesas incumplidas, desde la llegada del Modelo 3 en 2017 hasta la expansión global de su red de cargadores y la implementación de la conducción autónoma completa.

La reciente reversión en la política de leasing parece ser un intento de Tesla por estabilizar sus finanzas y evitar pérdidas mayores en un mercado cada vez más competitivo y menos favorable para la automoción eléctrica de lujo.

La estrategia también refleja las dificultades que ha enfrentado en cumplir con los plazos y expectativas que Musk ha establecido a lo largo de los años.

A medida que Tesla ajusta su enfoque, los clientes y analistas observan con atención. La compañía continúa siendo una de las marcas más valiosas del mundo, pero su futuro en la conducción autónoma y en el mercado de segunda mano dependerá en gran medida de su capacidad para cumplir con las promesas y gestionar eficazmente su inventario y sus expectativas de crecimiento.