Las demoras para contactar con la Seguridad Social en EE.UU. aumentaron significativamente durante la presidencia de Donald Trump, alcanzando tiempos de espera de hasta 150 minutos, en comparación con una hora en la era de Biden. Los recortes de personal y las nuevas políticas han agravado los retrasos en la atención a los beneficiarios, afectando a millones de estadounidenses que dependen de estos servicios esenciales.

Las esperas en las líneas de atención telefónica de la Administración de la Seguridad Social en Estados Unidos alcanzaron niveles históricos durante la administración de Donald Trump, superando los 90 minutos en promedio, en comparación con aproximadamente 60 minutos en el período de Joe Biden.
Estos datos reflejan un deterioro en la eficiencia del servicio, atribuido en gran parte a las políticas de recortes de personal y a la implementación de nuevas reglas que complican el acceso a los beneficios sociales.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, la agencia enfrentó un proceso de reducción de su plantilla. Según los informes, aproximadamente 3,000 empleados de un total de 57,000 optaron por vender sus puestos en una serie de compras y retiros voluntarios.
Esta reducción afectó principalmente oficinas regionales y locales, limitando la capacidad de atención en todo el país y generando largas filas y tiempos de espera tanto en las oficinas físicas como en los canales telefónicos.
El impacto de estos recortes se evidenció claramente en las líneas telefónicas, donde las esperas se convirtieron en una experiencia frustrante para los beneficiarios.
Las llamadas para gestionar beneficios, solicitar citas o resolver dudas, a menudo se cortaban sin ser atendidos, generando una gran insatisfacción. La situación empeoró aún más cuando se introdujeron nuevas reglas de identificación en 2019, que obligaron a muchos solicitantes y beneficiarios a acudir en persona para verificar su identidad, en lugar de hacerlo a través del portal en línea.
Estas medidas, combinadas con la reducción de personal, provocaron congestión en las oficinas y retrasos en la tramitación de solicitudes. Durante los primeros meses de 2020, las fallas en los sistemas internos y en la plataforma digital de la Seguridad Social también contribuyeron a la confusión y al caos, con sistemas que colapsaban por la alta demanda.
Desarticulado un grupo organizado por fraude millonario a la Seguridad Social en Valencia
La Policía Nacional ha desmantelado una organización criminal en Valencia que estafaba a la Seguridad Social y residencias de personas mayores dependientes. Han sido detenidas tres personas y se investiga la posible implicación de más individuos. El fraude asciende a 1.150.334 euros.La situación fue tan grave que en algunas semanas, hasta el 75% de las oficinas enfrentaron una disminución significativa en su personal, llegando a perder más del 50% en algunos casos.
La administración Trump también propuso la posible consolidación de oficinas, lo que generó preocupación entre los empleados y beneficiarios. Aunque la agencia afirmó en varias ocasiones que no había planes inmediatos de cierre, documentos internos sugerían que en el futuro cercano se contemplaba la reducción de instalaciones en varias regiones para ahorrar costos.
Por otro lado, las demoras en la atención en persona y por teléfono no solo afectaron a quienes solicitaban beneficios por primera vez, sino también a los que estaban en proceso de revisión o apelación.
La incertidumbre y los largos tiempos de espera forzaron a muchos a abandonar sus intentos de contacto, confiando en que eventualmente recibirían una respuesta por correo o a través del portal en línea.
En conclusión, los cambios implementados durante la administración Trump, junto con las políticas de recorte de personal y la modernización incompleta del sistema, han contribuido a un escenario donde la confianza en la Seguridad Social se ve afectada.
La situación refleja cómo las decisiones políticas y de gestión pueden tener un impacto directo en la vida de millones de ciudadanos que dependen de estos servicios esenciales para su bienestar y seguridad económica en la vejez o en caso de discapacidad.
En cifras, las esperas en la línea telefónica de la Seguridad Social alcanzaron en promedio 2.25 horas (unos 2,100 minutos) en los meses recientes, mucho más que los 1 hora (unos 900 minutos) durante la administración de Biden. La sobrecarga y los problemas de comunicación continúan siendo un desafío que requiere atención urgente para garantizar un acceso justo y eficiente a los beneficios sociales en Estados Unidos.
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