Las comunidades que intercambian artículos de forma gratuita están creciendo, promoviendo la sostenibilidad y fortaleciendo los lazos sociales, además de ofrecer una alternativa económica en tiempos difíciles.

Estas iniciativas, conocidas como grupos de ayuda mutua o 'Buy Nothing', han experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, y presuntamente ya cuentan con más de 13 millones de usuarios a nivel mundial, según datos del Proyecto Buy Nothing, fundado en 2013 en Estados Unidos.
Estos grupos permiten a los vecinos donar y recibir objetos sin coste alguno, fomentando una #comunidad basada en la confianza y la solidaridad. La idea surgió inicialmente como una respuesta a la crisis de residuos en la región del Noroeste del Pacífico, pero rápidamente se convirtió en un movimiento global que conecta a personas interesadas en reducir el desperdicio, reutilizar y compartir recursos.
Supuestamente, estos grupos han tenido un impacto positivo en la economía de muchas familias, especialmente en tiempos de crisis económica o inflaciones altas.
Por ejemplo, en algunas comunidades, una sola persona ha logrado ahorrar cientos de euros al recibir muebles, electrodomésticos o ropa de segunda mano en perfecto estado, en lugar de comprarlos a precios elevados en tiendas tradicionales.
Un ejemplo destacado es el de Betty Lin-Fisher, quien en varias ocasiones ha recibido objetos de valor como una estantería por aproximadamente 35 euros y una alfombra que en tiendas costaría unos 950 euros, pero en estos grupos fue completamente gratuita.
Naomi Serviss, una usuaria activa en varias comunidades, comenta que en sus experiencias ha recibido desde máscaras africanas hasta ropa de marca y objetos decorativos, todo sin gastar un solo euro.
Estos grupos también contribuyen significativamente a la #sostenibilidad ambiental
Estos grupos también contribuyen significativamente a la sostenibilidad ambiental. Al mantener en uso objetos en buen estado, se evita que terminen en vertederos o sean incinerados, ayudando a disminuir la contaminación y el uso de recursos naturales.
La reutilización y el #reciclaje son los pilares fundamentales de esta tendencia, que además favorece la creación de redes sociales y el fortalecimiento del tejido comunitario.
La dinámica de estos grupos varía según la comunidad, pero en general, funcionan mediante plataformas digitales como Facebook o aplicaciones específicas, donde los vecinos publican solicitudes o anuncios de objetos que desean regalar o buscar.
La participación es gratuita, y en algunos casos, se establecen reglas para garantizar la transparencia y la equidad, como esperar ciertos períodos antes de asignar un regalo o seleccionar a la persona beneficiaria mediante sorteo.
Supuestamente, en algunos casos, estos intercambios han llegado a ser tan valorados que personas han donado artículos con un valor de hasta 950 euros, como una alfombra de diseño de un minorista reconocido.
Joni Holderman, una participante de grupos en Carolina del Sur, afirma que prefiere regalar objetos a quienes realmente los aprecian y necesitan, en lugar de vender en plataformas de compraventa, donde a menudo se generan disputas o negociaciones complicadas.
En conclusión, los grupos de ayuda mutua y comunidades gratuitas no solo ofrecen una alternativa económica para quienes enfrentan dificultades, sino que también fomentan un modo de vida más consciente y responsable con el medio ambiente.