En Cataluña, las autoridades intensifican las inspecciones para detectar el uso ilegal de detectores de metales en la búsqueda de restos arqueológicos, un fenómeno que puede tener graves consecuencias legales.

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En Cataluña, durante el año 2024, se han llevado a cabo cerca de treinta inspecciones destinadas a combatir el uso ilegal de detectores de metales en la búsqueda de objetos arqueológicos.

Este tipo de actividades, conocidas como arqueofurtivismo, representan una amenaza para el patrimonio histórico, pues los hallazgos deben considerarse dominio público y no pueden ser apropiados por individuos.

Además, aquellas personas que se dediquen a estas prácticas se enfrentan a consecuencias penales muy serias.

Un claro ejemplo de esta problemática se evidenció en septiembre del año anterior, cuando un individuo fue denunciado por la posesión de 1.793 proyectiles de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) en la comarca del Urgell. Este caso subraya la urgente necesidad de proteger los restos históricos que se encuentran en tierras catalanas.

Dos yacimientos destacados, como La Torre del Moro en Gandesa (Terra Alta) y el Tozal de la Pleta en Belianes (L'Urgell), fueron testigos de actividades no autorizadas de excavación, lo que llevó a que las autoridades abrieran diligencias penales en estos casos.

Los detectores de metales, a menudo utilizados por arqueofurtivos, son herramientas que perjudican el trabajo de los arqueólogos y dificultan la conservación del patrimonio cultural.

Las inspecciones se enfocan principalmente en lugares no oficialmente reconocidos como yacimientos arqueológicos, donde es más probable que se encuentren personas tratando de lucrarse a costa de la historia.

Sin embargo, los ciudadanos deben estar al tanto de cómo actuar si se encuentran con algún resto arqueológico antes de que pueda ser extraído de manera ilegal.

En caso de hallar un artefacto arqueológico o paleontológico de manera accidental, ya sea durante actividades en la naturaleza o en el contexto de trabajos de construcción agrícola o forestal, es esencial notificar a la Administración.

Para evitar el daño irreparable a estos importantes hallazgos, se recomienda no remover objetos del suelo o del subsuelo; en su lugar, se debe proceder a fotografiarlos y eventualmente informar a las autoridades correspondientes, como el 112, los Agentes Rurales, o el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC).

Históricamente, Cataluña ha sido un cruce de culturas y civilizaciones, y su territorio alberga una riqueza arqueológica increíble, lo que la convierte en un objetivo atractivo para quienes buscan explotar su patrimonio de manera ilegal.

En este contexto, la labor de las autoridades es crucial para mantener la protección y la conservación de la historia y el patrimonio cultural de la región.