A raíz de algunos incidentes desafortunados, se han planteado preguntas sobre la seguridad de los vehículos autónomos en esta etapa de su desarrollo y qué regulaciones serían necesarias antes de que puedan utilizar completamente las calles de la ciudad.
Los vehículos autónomos están en las calles de San Francisco, pero otras ciudades están tomando un enfoque cauteloso.
Esto ha generado un debate sobre la seguridad de estos vehículos en esta etapa de su desarrollo y qué regulaciones serían necesarias antes de que puedan utilizar plenamente las calles de la ciudad.
En agosto, el estado de California expandió los permisos para dos compañías de vehículos autónomos: Cruise, propiedad de General Motors, y Waymo, propiedad de Alphabet, empresa matriz de Google.
Esto ha llevado a un aumento en el número de vehículos autónomos en las calles de San Francisco.
Sin embargo, después de algunos incidentes controvertidos, las opiniones sobre los vehículos autónomos son polarizadas en la ciudad.
Algunas personas los apoyan completamente, mientras que otras están en contra.
Esto ha generado interrogantes sobre la seguridad de estos vehículos y qué regulaciones serían necesarias antes de que puedan ser una parte completamente integrada de las vías de la ciudad.
Los vehículos autónomos utilizan una variedad de tecnologías para funcionar en las calles de la ciudad, como cámaras multidireccionales y LiDAR (Light Detection and Ranging), un sistema de escaneo láser que crea un mapa digital del área circundante.
También utilizan inteligencia artificial para tomar decisiones de conducción sobre la marcha.
Si bien detenerse en un semáforo en rojo o mantenerse en un carril puede ser relativamente simple, hay muchas otras situaciones que pueden ocurrir en una ciudad.
Los vehículos autónomos necesitan aprender a responder ante una variedad infinita de objetos y comportamientos inusuales que pueden encontrar en las calles de la ciudad.
Esto incluye desde objetos extraños en el vehículo hasta modificaciones inusuales de los vehículos de otras personas.
Aunque los vehículos autónomos continúan mejorándose, aún enfrentan desafíos.
En San Francisco, algunos vehículos autónomos condujeron sobre concreto mojado y quedaron atrapados en cintas de precaución policial.
Si bien los ingenieros están trabajando para resolver estos problemas, aún queda mucho por hacer.
Cruise, la compañía propietaria de algunos de estos vehículos autónomos, ha expresado su compromiso de mejorar la tecnología y garantizar la seguridad en las calles.
Sin embargo, no todas las personas confían plenamente en estos vehículos y se preguntan si son más seguros que los vehículos conducidos por humanos.
Algunos expertos señalan que los vehículos autónomos podrían mejorar el diseño urbano de las ciudades.
Al integrarlos en infraestructuras y planificación urbana, podrían contribuir a la creación de ciudades más amigables con los peatones, ciclistas y el transporte público.
Esto podría significar una reducción en la necesidad de estacionamientos y un uso más eficiente del espacio en las calles.
Para que los vehículos autónomos se conviertan en una visión común en nuestras ciudades, es necesario generar familiaridad y confianza pública.
Esto dependerá de la capacidad de las compañías que los fabrican para demostrar que estos vehículos son más seguros que los conducidos por humanos en promedio.
A medida que la tecnología de los vehículos autónomos se vuelva más sofisticada, es probable que veamos más beneficios, como mayor seguridad y comodidad en los viajes.
Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer antes de que estos beneficios puedan materializarse por completo.