Un nuevo estudio sugiere que el exceso de tiempo frente a la pantalla en niños pequeños puede interferir en las interacciones normales entre padres e hijos que son necesarias para un desarrollo social y cognitivo saludable.
Un reciente estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics revela que el tiempo que pasan los niños pequeños frente a las pantallas puede influir negativamente en su capacidad para hablar con fluidez.
Investigadores de Australia y Reino Unido analizaron cómo el tiempo de pantalla afecta a 220 familias australianas con niños de entre 12 y 36 meses, realizando visitas cada seis meses entre 2018 y 2021 en sus hogares.
Los resultados mostraron que a los 36 meses de edad, solo un minuto adicional de tiempo frente a la pantalla, en comparación con aquellos que siguen las pautas de la Organización Mundial de la Salud de una hora diaria a esa edad, se asoció con una reducción de 6,6 palabras adultas habladas alrededor del niño, 4,9 vocalizaciones infantiles menos y 1,1 interacciones menos entre el padre y el niño.
Los investigadores sugieren que una forma de contrarrestar la falta de oportunidades para que los niños desarrollen su lenguaje debido al exceso de tiempo frente a la pantalla es que los padres interactúen con sus hijos mientras utilizan el dispositivo juntos.
Los niños necesitan aprender un idioma completo en los primeros años de sus vidas, y la mejor herramienta para adquirir vocabulario es conversar cara a cara con adultos.
Crecer en un entorno rico en lenguaje se asocia con el desarrollo del lenguaje, desarrollo social y emocional, coeficiente intelectual y desarrollo cerebral de los niños.
Los dispositivos electrónicos pueden captar la atención de los niños pequeños, pero no brindan la misma calidad de aprendizaje que el contacto directo con personas reales.
Los científicos lo llaman 'tecnoferencia' cuando la tecnología interfiere en las interacciones entre padres e hijos.
La Sociedad Canadiense de Pediatría actualmente desaconseja cualquier tiempo frente a la pantalla para niños menores de dos años, con excepción de videollamadas con familiares.
Para niños entre dos y cinco años, recomienda limitar el tiempo frente a la pantalla a menos de una hora al día.
Otros estudios han demostrado que el exceso de tiempo frente a la pantalla puede tener efectos negativos en la vida posterior, incluida una mayor probabilidad de desarrollar problemas de obesidad, trastornos del sueño, depresión y ansiedad.
Es importante que los padres gestionen cuidadosamente el tiempo de pantalla de los niños y promuevan el uso temprano del lenguaje a través de interacciones más interactivas y cooperativas durante el uso de dispositivos.
Por último, nada reemplaza el contacto real cara a cara.