La Comunidad de Madrid amplía su equipo de perros y guías especializados para la detección de incendios y delitos medioambientales, triplicando la capacidad canina y fortaleciendo las labores de investigación y prevención en los espacios naturales.

La Comunidad de Madrid ha dado un paso importante en la protección de sus espacios naturales al reforzar la unidad canina de los agentes forestales. En una reciente incorporación, se han sumado cuatro nuevos perros y tres guías especializados, lo que ha permitido triplicar el número de perros en servicio, alcanzando un total de seis canes, así como incrementar a cinco el número de profesionales encargados de su manejo y entrenamiento.
Estos nuevos binomios caninos, que han recibido una preparación de aproximadamente un año, se unen a los ya existentes, Sherlock y Thor, en una estrategia que busca potenciar las labores de detección de incendios, búsqueda y recuperación y apoyo en investigaciones judiciales relacionadas con delitos ambientales.
Entre los nuevos perros se encuentran Abantos, Kombucha, Marshall y Otto, quienes, tras su entrenamiento, están listos para colaborar en tareas de gran importancia para la protección del medioambiente madrileño.
El consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, supervisó recientemente un entrenamiento de estos binomios en el Instituto de Formación Integral en Seguridad y Emergencias regional (IFISE), en Madrid.
Durante la visita, anunció la próxima creación de un circuito de prácticas en este mismo centro, que contará con una superficie de 700 metros cuadrados y que permitirá realizar entrenamientos semanales, fortaleciendo aún más la preparación de estos equipos.
Una de las principales funciones de estos perros será la detección de acelerantes en incendios forestales. Dos de los nuevos canes están especializados en identificar sustancias utilizadas para acelerar el inicio de fuegos, lo cual resulta fundamental en la campaña del Plan Especial de Protección Civil de Incendios Forestales en la Comunidad de Madrid (INFOMA) 2025.
La detección de estas sustancias en el punto inicial del fuego permite a los investigadores obtener pruebas concluyentes, ya que en muchas ocasiones no hay indicios visibles para determinar la causa del siniestro.
La Comunidad de Madrid presenta un decálogo de buenas prácticas para proteger el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
La Comunidad de Madrid ha presentado un decálogo de buenas prácticas para la protección y preservación del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (PNSG), con el objetivo de garantizar un adecuado cuidado de este espacio natural. El PNSG celebra su décimo aniversario como lugar turístico, recibiendo alrededor de 2,5 millones de visitantes cada año. Se han establecido centros de atención y puntos de información en las áreas más concurridas.Las muestras recogidas se envían a laboratorios para su análisis, ayudando así a esclarecer posibles delitos.
Estos perros también desempeñarán un papel importante en la búsqueda de sustancias tóxicas o venenos en el campo, participando en campañas de educación ambiental y en actividades divulgativas dirigidas especialmente a los niños.
Su trabajo ha demostrado ser crucial en casos como la investigación en Becerril de la Sierra, donde un milano real equipado con GPS dejó de emitir señal.
Gracias a la intervención de estos binomios, se descubrieron varios cepos con anzuelos, logrando recopilar pruebas para la detención del presunto responsable de un delito contra la biodiversidad.
En 2024, la Comunidad de Madrid investigó casi 300 incendios forestales, siendo 298 los siniestros analizados por los agentes forestales. De estos, 30 dieron lugar a procedimientos penales, lo que representa aproximadamente el 10% del total. Determinar la causa de los incendios es esencial para implementar medidas preventivas efectivas y reducir su incidencia en el futuro. El año pasado, se detectó que el 39% de los fuegos analizados fueron intencionados, aunque en muchos casos resultó difícil identificar claramente la motivación de los autores.
Las causas más probables incluyen actividades relacionadas con la caza, el control de fauna silvestre y trabajos agrícolas y ganaderos, especialmente en periodos de bajo riesgo, como finales del invierno y principios de la primavera.
Con estos refuerzos, la Comunidad de Madrid apuesta por una estrategia integral que combina la formación, la investigación y la prevención, con el objetivo de proteger sus espacios naturales y reducir los daños causados por incendios y delitos ambientales.
La incorporación de estos nuevos recursos demuestra el compromiso de las autoridades por mejorar la eficiencia y la eficacia en la conservación del patrimonio natural regional, promoviendo a su vez una mayor conciencia y participación ciudadana en la protección del medio ambiente.