Sam Elsom, fundador de Sea Forest, expresó su frustración con la lentitud del gobierno australiano en adoptar su visión de reducir drásticamente las emisiones de metano. Sea Forest, una empresa de biotecnología de Tasmania, fue finalista en el Premio Earthshot, unos premios medioambientales establecidos por el príncipe William, por su cultivo de un alga marina australiana que reduce la producción de metano en el ganado cuando se añade a su alimentación. El metano producido por las flatulencias de las vacas y otros animales es responsable de aproximadamente el 14 por ciento de los gases de efecto invernadero generados por el ser humano.
Sam Elsom, fundador de Sea Forest, expresó su frustración con la lentitud del gobierno australiano en adoptar su visión de reducir drásticamente las emisiones de metano en el país.
Sea Forest, una empresa de biotecnología con sede en Tasmania, ha sido reconocida por su destacado trabajo en el cultivo de asparagopsis, un alga marina nativa de Australia que ha demostrado reducir la producción de metano en el ganado cuando se añade a su alimentación.
Estudios científicos han demostrado que el metano producido por las flatulencias de las vacas y otros animales representa aproximadamente el 14 por ciento de los gases de efecto invernadero generados por el ser humano.
La exposición de Sea Forest en los Premios Earthshot, establecidos por el príncipe William, ha generado un mayor interés en los ambiciosos planes de la empresa.
Aunque no han sido seleccionados como uno de los cinco ganadores globales, el reconocimiento obtenido al llegar a la final ha brindado nuevas oportunidades a Sea Forest.
Actualmente, Sea Forest cultiva asparagopsis en un área marina de 1800 hectáreas al norte de Hobart, utilizando el alga marina para producir un suplemento alimenticio que ya se está suministrando a 10,000 cabezas de ganado.
Esta iniciativa ha demostrado ser efectiva en la reducción de la producción de metano en animales rumiantes.
Sin embargo, Elsom cree que la escala de producción de Sea Forest podría expandirse significativamente, contribuyendo a que el gobierno cumpla su compromiso de disminuir las emisiones de metano en un 30 por ciento para el año 2030, como se acordó con otros 150 países.
Aunque ha recibido apoyo por parte de algunos miembros del gobierno, Elsom cuestiona por qué ha sido necesario tanto tiempo para establecer el Comité de Integridad para la Reducción de Carbono, una nueva entidad de supervisión recomendada en enero por la revisión del sistema de crédito de carbono de Australia.
Este comité recibirá propuestas y opiniones sobre nuevos métodos dentro del Esquema de Unidades de Crédito de Carbono de Australia.