La preocupación por robos se intensifica en áreas afectadas por incendios en Los Ángeles, con detenciones y un toque de queda en vigencia para proteger la propiedad de los evacuados.
La comunidad de Palisades y Eaton, en Los Ángeles, se enfrenta a una creciente preocupación tras los devastadores incendios que han asolado la región.
A medida que los residentes que evacuaron sus hogares esperan regresar, muchos están angustiados no solo por las pérdidas que han sufrido, sino también por el temor a ser víctimas de robos.
Desde la mañana del sábado, las autoridades han anunciado la detención de 22 personas en las zonas de evacuación, principalmente por delitos de robo y despojo.
Con el objetivo de lidiar con este problema, se ha implementado un toque de queda, una medida que busca disuadir a los infractores y asegurar las propiedades que han sobrevivido al desastre.
Funcionarios de la fiscalía del condado, el sheriff local, y hasta el gobernador y el presidente han expresado su condena ante la situación.
Este temor al saqueo no es infundado.
Los residentes de una ciudad con un histórico de robos están particularmente atentos.
La emoción corre alta en una comunidad marcada por traumas de décadas pasadas.
Muchos de los evacuados no han podido regresar a sus casas, lo que genera una angustia adicional en un momento ya difícil.
Lihui Xu, una residente de 62 años de Altadena, que vive cerca de donde comenzó el fuego en Eaton Canyon, expresó su alivio por haber sobrevivido al incendio.
Sin embargo, tras regresar a su hogar el miércoles por la tarde, descubrió que varias de sus pertenencias más preciadas, incluidos bolsos de diseñador y joyas familiares, habían desaparecido.
"No he tenido tiempo ni de evaluar todo lo que me han robado", comentó entre lágrimas.
Otro testimonio es el de Kristina Mason, de 43 años, quien vive en Pacific Palisades.
Ella se siente "desesperada" por regresar a su hogar, no solo para recoger objetos de valor, sino también para asegurarlos.
A pesar de intentar ingresar a pie, se encontró con bloqueos policiales en todas las entradas a la zona de evacuación.
Mason subrayó que las reglas sobre el regreso a las propiedades han ido cambiando.
Al principio, algunos residentes podían ingresar a pie o en bicicleta en las primeras etapas del desastre, pero una vez que llegó la Guardia Nacional, la mayoría de las entradas se cerraron.
Ella señaló que las casas que aún están en pie se están convirtiendo en "blancos fáciles", lo que representa una gran preocupación para aquellos que han dejado atrás sus pertenencias en un momento de crisis.
La situación en Los Ángeles resalta la necesidad de medidas efectivas para proteger a los ciudadanos que enfrentan situaciones de emergencia, y la responsabilidad de las autoridades para garantizar la seguridad de aquellos que sufrieron la pérdida de sus hogares y propiedades durante los incendios.