Una investigación que parecía apuntar al padre como responsable del trágico crimen en Villa Crespo dio un giro inesperado y ahora la principal sospechosa es la madre, quien habría cometido el doble asesinato y posteriormente se habría quitado la vida.

Un giro inesperado en la investigación por la trágica muerte de una familia en Villa Crespo, Argentina, ha conmocionado a la comunidad y a las autoridades.
Lo que en un principio parecía ser un caso en el que el padre, Adrián Seltzer, sería el principal sospechoso, ha dado un vuelco total, revelando que la verdadera autora de los asesinatos fue la madre, Laura Leguizamón, quien también terminó con su vida tras cometer el doble crimen.
Este caso, ocurrido en un departamento del sexto piso, ha sido uno de los más impactantes en la historia reciente de la zona. La familia, compuesta por el matrimonio y sus dos hijos adolescentes, fue encontrada sin vida en circunstancias que inicialmente generaron confusión.
La autopsia, sin embargo, reveló detalles impactantes: la madre habría asesinado primero a su esposo con tres heridas de arma blanca, y posteriormente, en un ataque brutal, mató a sus hijos, quienes dormían en sus habitaciones.
Fuentes cercanas a la investigación confirmaron que los adolescentes presentaban entre 10 y 12 heridas de arma blanca, con indicios claros de que intentaron defenderse, ya que tenían signos de lucha y heridas en diferentes partes del cuerpo.
Uno de los hijos, al intentar escapar herido, fue alcanzado y rematado en el comedor, mientras que el otro murió en el pasillo después de recibir múltiples cuchilladas.
Tras el ataque, la madre volvió a la habitación matrimonial, se provocó heridas en el pecho y, agotada, se arrastró hasta el baño donde perdió la vida.
La escena del crimen dejó varios indicios que llamaron la atención de los investigadores. Entre ellos, una carta manuscrita con frases enigmáticas como “íbamos a la calle”, “fue mucho”, “todo mal, muy perverso”, “los arruinaba la vida”, “los amo”, y una referencia a su teléfono con las palabras “mi tel es ‘L’”.
Estos textos reforzaron la hipótesis de un brote psicótico, que habría llevado a la madre a cometer los asesinatos en un estado de alteración mental.
Lo que también llamó la atención fue la presencia de un posteo en redes sociales realizado por Laura Leguizamón en septiembre de 2015, durante unas vacaciones.
La publicación mostraba una imagen de un libro titulado “Crímenes en familia” y un comentario que decía: “Ivo se portó mal”. Una amiga le respondió en tono de broma: “¿Lo mataste? Jeje”, a lo que Laura contestó: “Hoy casi”. Aunque en ese momento pareció ser un comentario sin importancia, hoy los investigadores consideran que podría ser un indicio de conflictos internos profundos y una posible predisposición a la violencia familiar.
Este caso no solo ha generado conmoción por la brutalidad de los hechos, sino también por la hipótesis de que Laura Leguizamón, quien tenía antecedentes de tratamiento psiquiátrico, pudo haber estado atravesando una crisis mental severa.
La historia familiar y las publicaciones en sus redes sociales muestran un patrón de conflictos internos y posibles señales de alarma que, lamentablemente, no fueron detectadas a tiempo.
Desde hace décadas, los casos de violencia familiar y los trastornos mentales en Argentina han sido objeto de estudio y preocupación. La sociedad constantemente busca comprender cómo prevenir tragedias similares, promoviendo una atención psiquiátrica más efectiva y una mayor conciencia sobre las señales de advertencia.
La tragedia en Villa Crespo refuerza la importancia de la detección temprana y la intervención social para evitar que estas historias terminen en tragedia.
En definitiva, este caso deja una vez más en evidencia la complejidad de los conflictos familiares y la necesidad de una atención integral a la salud mental.
La comunidad y las autoridades esperan que las investigaciones sigan arrojando luz sobre los motivos que llevaron a esta familia a la catástrofe, y que sirva como un llamado a la reflexión sobre la importancia de cuidar la salud mental y fortalecer las redes de apoyo en la sociedad.