La Casa Museo Casares Quiroga acoge una exposición dedicida a la vida de Esther Casares Quiroga, hija de un destacado político de la II República española, hasta el 3 de mayo.

Imagen relacionada de inauguracion exposicion esther casares quiroga

En La Coruña, Galicia, el concejal de Cultura y Turismo, Gonzalo Castro, dio inicio esta tarde a la exposición titulada 'Esther Casares Quiroga. Fragmentos de una vida truncada 1909-1969'. Esta muestra profundiza en diferentes episodios de la vida de la hija primogénita de Santiago Casares Quiroga y permanecerá abierta en la Casa Museo Casares Quiroga, ubicada en la calle Panadeiras, hasta el próximo 3 de mayo.

"Desde el Gobierno de Inés Rey, tenemos un profundo compromiso con la memoria democrática y su recuperación a través de figuras emblemáticas, como es el caso de Santiago Casares Quiroga y su familia, quienes sufrieron una represión dura y cruel que ahora conocemos a través de la vida de su hija Esther", manifestó Gonzalo Castro.

El propósito de la exposición es reflejar y reconstruir ciertos momentos de la vida de Esther Casares Quiroga, con el fin de rendir homenaje y reparar la memoria de una mujer que enfrentó represalias y pérdidas vitales provocadas por el régimen dictatorial franquista.

Fue víctima de una persecución injusta por ser la hija de su padre, considerado uno de los principales enemigos a eliminar por los golpistas militares y falangistas que se levantaron contra la II República española.

La exhibición busca reconstruir momentos significativos de la vida de Esther y su esposo, Enrique. Esta tarea no es sencilla, ya que las autoridades franquistas se apoderaron no solo de sus propiedades y bienes, sino también del patrimonio documental familiar.

Como resultado de este expolio, muchos de sus recuerdos, cartas y fotografías se perdieron, incluidos aquellos que sufrieron los traslados y exilios forzados.

La información disponible proviene de la escasa documentación sobre ella, que fue incautada y que actualmente se conserva en el Archivo del Reino de Galicia y en el Archivo Histórico Nacional.

Además, la exposición incluye varios informes de las autoridades franquistas sobre su detención y las actividades que realizó en La Coruña durante su reclusión y vigilancia policial.

También se incluyen testimonios de su hija María Esther, recogidos en diversas entrevistas, y de su hermana, la actriz María Casares. A través de la reproducción de fotografías y documentos, la exposición muestra fragmentos de su vida y su sufrimiento.

Se prevé que, tras la exposición, se edite una colección de postales que complementen las que ya ha publicado el Ayuntamiento de La Coruña sobre su padre, Santiago Casares, así como sobre la proclamación de la II República en Galicia y las vivencias de su hermana María en La Coruña y en el resto de España antes de marchar al exilio en Francia.

La vida de Esther Casares Quiroga se inició el 10 de julio de 1909 en Madrid. Hija de un padre soltero, disfrutó de una infancia y adolescencia feliz en la casa de la calle Panadeiras, que el Ayuntamiento de La Coruña ha convertido hoy en la Casa Museo Casares Quiroga.

Luego del matrimonio de su padre con Gloria Corrales, de familia cigarrera, nacería en 1922 su media hermana, María Casares. En La Coruña conoció a su futuro esposo, el capitán de caballería Enrique Varela de Castro, de una familia conservadora de militares.

A partir de 1931, la vida de Esther cambió radicalmente. Con la proclamación de la II República, su padre fue designado ministro de Mariña y, poco después, ministro de Gobernación. Trasladada a Madrid con su familia, contrajo matrimonio con Enrique Varela y tuvo en 1932 a su hija, María Esther. Su esposo fue elegido como miembro de la escolta del presidente de la II República, lo que les permitió llevar una vida relativamente tranquila. Sin embargo, en 1936, tras el triunfo de la Fronte Popular, Santiago Casares Quiroga fue nombrado presidente del Consejo de Ministros, enfrentándose a una situación convulsa.

La rebelión militar que triunfó en Galicia sorprendió a Esther y a su hija en la residencia familiar en Baño, Miño, separadas de su esposo y el resto de la familia que permanecían en Madrid.

La vida de Esther dio un giro drástico el 2 de septiembre de 1936, cuando fue detenida y trasladada a Ferrol, siendo encarcelada en el Hospital de la Mariña debido a una descompensación de su tuberculosis, y posteriormente en la cárcel de La Coruña.

El 11 de julio de 1939 fue liberada, pero no fue juzgada, solo castigada por ser hija de Santiago Casares Quiroga.

Su padre fue difamado por el régimen franquista, que le impuso una condena de treinta años de prisión y confiscó la casa familiar en la calle Panadeiras, así como todas sus pertenencias, tratando incluso de borrar su nombre del Registro Civil.

Esther vivió bajo vigilancia policial, sin poder salir de La Coruña. En 1955, cinco años después de la muerte de su padre, las autoridades franquistas le otorgaron un pasaporte que le permitió emigrar a México y reunirse con su esposo tras 19 años de separación.

Allí falleció el 15 de enero de 1969.