Europa trabaja para fortalecer la voz de las regiones de montaña en las instituciones europeas, promoviendo políticas que aseguren un desarrollo sostenible, resiliente y atractivo para estos territorios, que representan el 30% de la superficie del continente y albergan al 13% de su población.

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En la Unión Europea, las regiones montañosas representan una parte fundamental de su territorio, abarcando aproximadamente el 30% de la superficie continental y siendo el hogar del 13% de su población.

Sin embargo, a pesar de su importancia, estas zonas enfrentan desafíos únicos que dificultan su desarrollo y sostenibilidad a largo plazo. Con el objetivo de abordar estas cuestiones, se ha lanzado una estrategia para fortalecer la voz de las regiones de montaña en las instituciones europeas y promover políticas específicas que respondan a sus necesidades.

Esta iniciativa busca garantizar que las zonas rurales y montañosas puedan vivir, trabajar y prosperar en condiciones de igualdad de oportunidades y servicios públicos de calidad.

La propuesta también incluye la creación de estrategias de la Unión Europea que hagan estos territorios más atractivos, resilientes y sostenibles, alineándose con una visión de largo plazo para promover un desarrollo rural equilibrado y respetuoso con el medio ambiente.

El pasado 14 de mayo en Bruselas, se presentó la Alianza Europea para las Montañas, un acuerdo impulsado por miembros del Comité Europeo de las Regiones (CoR) y del Parlamento Europeo, con el respaldo de la organización Euromontana, que agrupa a las zonas de montaña del continente.

La iniciativa surge del manifiesto titulado "Las montañas necesitan a Europa y Europa necesita a las montañas", y busca amplificar las voces de estas regiones en las decisiones que toman las instituciones europeas.

Durante el acto de presentación, participó Marta Marín, delegada del Gobierno Vasco ante las instituciones europeas, quien señaló la importancia de que las políticas europeas tengan en cuenta las características particulares de estas áreas.

La reunión contó también con la presencia de eurodiputados, miembros del CoR, y representantes de distintas regiones montañosas, quienes analizaron las implicaciones del Marco Financiero Plurianual (MFP) para estos territorios y discutieron oportunidades de cooperación futuras.

Uno de los aspectos destacados fue la necesidad de implementar medidas específicas, en línea con el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que exige atención especial a regiones con desventajas geográficas o demográficas.

La estrategia propone que las políticas y los presupuestos de la UE reflejen de manera efectiva la contribución vital de las zonas de montaña en la biodiversidad, recursos hídricos, agricultura y patrimonio cultural.

Los representantes enfatizaron que las zonas de montaña no buscan ventajas innecesarias, sino un trato justo que reconozca su papel estratégico. Marie Antoinette Maupertuis, presidenta de la Asamblea de Córcega, destacó que la integración de las características específicas de estos territorios en las políticas europeas debe ser una prioridad constante.

Por su parte, Herbert Dorfmann, eurodiputado y participante en la iniciativa, subrayó que la singularidad de las montañas requiere respuestas políticas y económicas personalizadas.

La alianza busca que estas decisiones sean respaldadas por acciones legislativas concretas y financiamiento adecuado. Dorfmann agregó que es fundamental definir con claridad qué áreas corresponden a las montañas para que las políticas públicas puedan adaptarse mejor a sus realidades.

Asimismo, Laura Gascón, presidenta de Euromontana, afirmó que los territorios de montaña enfrentan retos únicos, y que la colaboración entre el Parlamento Europeo y el CoR es esencial para garantizar una atención adecuada.

La iniciativa también aspira a promover inversiones en infraestructuras, innovación y servicios, que puedan mejorar la calidad de vida de sus residentes y mantener su patrimonio cultural.

Desde hace décadas, la discusión sobre el desarrollo de las zonas rurales y de montaña en Europa ha estado presente en los debates políticos, con leyes y fondos destinados a promover la cohesión territorial.

La Política Agrícola Común (PAC) y el Fondo Europeo Agricola de Desarrollo Rural (FEADER) han sido instrumentos claves en este proceso. Sin embargo, aún persisten demandas por un enfoque más específico y dedicado a las particularidades de estos espectros territoriales.

La estrategia actual promete que las características únicas de las regiones de montaña formen parte duradera de la política y el presupuesto europeos, garantizando un desarrollo equitativo y sostenible.

La participación activa de las regiones en estos procesos y la adaptación de las políticas a sus realidades serán fundamentales en los próximos años para conseguir un equilibrio entre conservación, innovación y crecimiento económico en estos entornos vitales para Europa.