Las recientes exenciones de aranceles sobre productos tecnológicos ofrecen alivio a los consumidores y podrían impactar positivamente en el mercado.

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Los consumidores que planean adquirir nuevos smartphones y otros dispositivos tecnológicos pueden sentirse aliviados tras las recientes decisiones del gobierno.

Según el analista de Wedbush Securities, Daniel Ives, ahora 'pueden respirar tranquilos'. Esto se debe a que el presidente Donald Trump ha anunciado exenciones de aranceles para productos como teléfonos inteligentes, computadoras y chips de procesamiento, que anteriormente estaban sujetos a tarifas elevadas.

Bajo el plan anterior de Trump, se proyectaba que el precio de un iPhone pudiera alcanzar hasta 2,300 euros debido a una tarifa del 54% impuesta a las importaciones chinas.

Desde entonces, las tasas de importación se incrementaron hasta un 145% para el tercer socio comercial más grande de Estados Unidos. Sin embargo, las nuevas exenciones, publicadas el pasado viernes, han sido recibidas como una gran noticia para la industria tecnológica, ya que productos como chips y smartphones ahora están excluidos de estas tarifas.

Daniel Ives destacó que este desarrollo es un 'escenario de ensueño' para el sector tecnológico, afirmando que Silicon Valley y gigantes como Apple, Microsoft y Nvidia pueden finalmente respirar con tranquilidad.

Ives agregó que, si no se hubieran implementado estas exenciones, las consecuencias para la industria habrían sido desastrosas.

A pesar de las exenciones, los productos tecnológicos todavía enfrentan una tarifa del 20% que Trump había impuesto anteriormente como represalia por la fabricación de fentanilo en China.

Sin embargo, los consumidores están viendo una reducción significativa en los precios de los dispositivos. Por ejemplo, el precio del nuevo iPhone 16e con 256 GB de almacenamiento es de 699 euros, y el modelo más avanzado, el iPhone 16 Pro, comienza en 999 euros.

Apple, que produce la mayoría de sus 200 millones de iPhones anuales en China, se beneficia significativamente de esta medida. Además, empresas como Samsung y otras compañías tecnológicas dependen de chips producidos en Taiwán y, en menor medida, en México. En un esfuerzo por aumentar la producción nacional, las administraciones de Trump y Biden han buscado desarrollar fábricas dentro de Estados Unidos.

Recientemente, Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., el mayor fabricante de chips del mundo, anunció planes para establecer fábricas en EE. UU., lo que podría aliviar las tensiones en la cadena de suministro. Sin embargo, este proceso podría tomar años, lo que significa que las empresas tecnológicas enfrentarán precios elevados en chips durante este tiempo.

Sin las exenciones, Ives advirtió que la industria tecnológica de EE. UU. podría haber retrocedido una década, afectando gravemente el progreso en la revolución de la inteligencia artificial. Con las nuevas exenciones, el mercado tecnológico parece haber recuperado parte de su peso.

Los inversores también están viendo esta evolución como un buen augurio, y se espera que las acciones tecnológicas suban cuando los mercados reabran.

Las exenciones arancelarias podrían extenderse aún más, ya que otras industrias, como la de productos para bebés, están buscando obtener sus propias excepciones.

En resumen, los cambios recientes en las políticas arancelarias han traído un alivio significativo tanto para los consumidores como para los inversores en el sector tecnológico.

Con la posibilidad de que se sigan otorgando exenciones, el futuro parece prometedor para aquellos que dependen de la tecnología en su vida diaria.