Un vistazo a cómo los aranceles de Trump afectan a la industria farmacéutica y a los precios de los medicamentos en los Estados Unidos.

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El reciente anuncio del presidente Donald Trump sobre un arancel del 10% a las importaciones ha generado un gran revuelo, especialmente en el sector farmacéutico.

Aunque se esperaba que los medicamentos estuvieran sujetos a este impuesto general, la administración ha decidido eximir a las farmacéuticas de estos aranceles, aliviando temporalmente a los fabricantes de medicamentos que dependen de insumos importados.

A pesar de esta exención, la incertidumbre persiste. Trump ha manifestado en múltiples ocasiones la posibilidad de imponer tarifas específicas a la industria farmacéutica, sugiriendo que podrían comenzar en un 25% y aumentar si es necesario.

Esto ha puesto a la industria en alerta, pues cualquier incremento en los aranceles podría resultar en un aumento significativo en los precios de los medicamentos para los consumidores.

La industria farmacéutica ha globalizado su cadena de suministro desde la década de 1990, conectando a fabricantes de Europa y Asia con el mercado estadounidense.

Esta interconexión significa que cualquier cambio en la política de aranceles podría tener un efecto dominó en los precios de los medicamentos. Según un informe de ING Research, la implementación de un arancel del 25% podría traducirse en un aumento de hasta el 17.5% en los precios de los medicamentos genéricos.

Por ejemplo, se estima que un paciente promedio podría enfrentar un aumento de aproximadamente 42 euros al año en medicamentos genéricos de uso común.

Sin embargo, el impacto sería aún más severo en el caso de medicamentos especializados, como los utilizados para tratar el cáncer, donde los costos podrían incrementarse entre 8,000 y 10,000 euros por un suministro de seis meses.

Diederik Stadig, economista senior de ING, advierte que aunque los pacientes podrían no notar inmediatamente estos aumentos, las aseguradoras eventualmente trasladarán los costos a los consumidores, lo que podría resultar en primas más altas en el futuro.

Además, los aranceles que ya se aplican a productos de China, Canadá y México continúan vigentes, lo que plantea un riesgo adicional para el suministro de medicamentos en los EE.

UU. Un estudio reciente de la revista médica JAMA reveló que más de 400 medicamentos se importan de Canadá, y un arancel del 25% sobre estos podría costar a los consumidores estadounidenses aproximadamente 750 millones de euros al año.

Los defensores de los pacientes están preocupados de que cualquier aumento de precios relacionado con los aranceles afectará desproporcionadamente a aquellos que ya luchan por pagar sus medicamentos.

Merith Basey, directora ejecutiva de Patients For Affordable Drugs Now, destacó que actualmente uno de cada tres pacientes no puede permitirse sus medicamentos recetados.

La situación es compleja y las repercusiones de las políticas de aranceles de Trump podrían tener un impacto duradero en la salud pública, especialmente para aquellos con ingresos fijos o limitados.

A medida que el debate sobre los aranceles continúa, la atención se centra en cómo estas decisiones afectarán no solo a la economía, sino también a la salud y el bienestar de millones de estadounidenses.