El ex tenista Federico Delbonis reflexiona sobre su etapa post retiro, el talento local de Franco Mastantuono y el desarrollo del tenis argentino en un contexto de cambios y avances.

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En una tarde tranquila en la ciudad de Azul, la figura de Federico Delbonis se hace presente en las calles del barrio Inmaculada Concepción, donde espera la salida de sus hijos del colegio.

Maestros, madres y niños reconocen en él a un ícono del deporte nacional, especialmente por aquel 2016 en Zagreb, cuando lideró a la Argentina en la conquista de su primera Copa Davis, un logro que quedó grabado en la historia del tenis argentino.

A bordo de su vehículo eléctrico de color azul, Delbonis expresó su satisfacción por el momento que atraviesa en su vida, alejado de las canchas y enfocado en disfrutar y compartir con su familia.

La sencillez y cercanía del ex tenista contrastan con los logros alcanzados a nivel profesional, que incluyen numerosos títulos Challenger y participaciones en torneos de Grand Slam.

La historia del tenis de Argentina está marcada por nombres emblemáticos como Guillermo Vilas, Juan Martín del Potro y ahora, con un renovado equipo y nuevas generaciones, parece estar en una etapa de constante evolución.

Delbonis, de 34 años, comentó que en esta segunda etapa de su vida se dedica por completo a sus seres queridos y a proyectos ligados a su pasión por el deporte.

“Estoy disfrutando del día a día, viviendo experiencias que antes no podía por mi carrera, como armar un asado con amigos o acompañar a mis hijos en sus actividades”, expresó con una sonrisa.

Actualmente, está planeando viajar para entrenar a jóvenes talentos que buscan ingresar en el profesionalismo, una labor que le llena de entusiasmo y que deja presagiar un futuro comprometido con la formación de nuevos tenistas argentinos.

Además, reconoció la posibilidad de participar en partidos de exhibición y eventos similares, mencionando su experiencia trabajando con figuras como Juan Martín del Potro y Novak Djokovic.

“Son experiencias nuevas que me ayudan a crecer y a entender los aspectos diferentes del deporte”, añadió.

Sobre el presente del tenis argentino, Delbonis valoró la aparición de promesas como Francisco Cerúndolo, a quien ve con potencial para alcanzar los niveles más altos del circuito internacional.

“Argentina siempre fue una fábrica de excelentes tenistas, y hoy en día hay una camada interesante que seguirá dando que hablar”, indicó.

En relación a la Copa Davis, expresó sus dudas sobre el nuevo formato, argumentando que la competencia perdió parte de su espíritu tradicional. “Antes, jugar en casa y de visitante tenía un encanto especial; ahora que se juega en un solo lugar, se ha perdido un poco esa magia, pero seguimos esperando que vuelva a ser como antes”, sostuvo.

Por otro lado, rememoró con cariño la conquista de la Copa Davis, un logro que permanece en la memoria de todos los argentinos y que, sin duda, le dejó una huella imborrable en su carrera.

“Recibir en Azul la ovación y el recibimiento en autobomba fue algo que nunca olvidaré; la gente de mi ciudad me hizo sentir muy orgulloso y agradecido”, comentó Delbonis.

Al analizar el recambio generacional en el circuito, resaltó que la salida de figuras como Federer, Nadal y Djokovic abre paso a una nueva era. “Hoy, jugadores como Carlos Alcaraz y Jannik Sinner están marcando tendencia con su talento y carisma, y seguro marcarán un legado en el tenis mundial”, afirmó.

Delbonis se mostró entusiasmado con el futuro del deporte, aunque también consciente de los desafíos que enfrentan las jóvenes promesas, especialmente en aspectos como la disciplina y la responsabilidad.

Sobre Franco Mastantuono, un joven futbolista de 17 años que ha causado revuelo en la ciudad, Delbonis expresó su apoyo y admiración. “Conozco a Franco desde chico y sé que tiene un talento innato. La ciudad de Azul debe aprovechar estas oportunidades y seguir potenciando sus talentos en diferentes disciplinas”, dijo, resaltando la importancia de promover valores y el desarrollo integral de los jóvenes.

En definitiva, la historia de Federico Delbonis, su compromiso con la comunidad y la esperanza que genera el talento local en Azul reflejan el espíritu de una ciudad que apuesta por la formación, la pasión y la superación en todos sus ámbitos deportivos y culturales.

La revolución deportiva en la ciudad no solo reside en los grandes eventos o en las figuras internacionales, sino también en la esperanza y el impulso que representan sus jóvenes talentos en ascenso.