El piloto argentino Franco Colapinto participó en el Gran Premio de Emilia Romagna, logrando una posición 16. Sin embargo, su vuelta estuvo marcada por controversias y ataques en las redes sociales, que movilizaron a su equipo y a la categoría para promover el respeto en el deporte.

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El pasado fin de semana, Franco Colapinto hizo su esperado regreso a la categoría reina del automovilismo, la Fórmula 1, en el Gran Premio de Emilia Romagna, disputado en el circuito de Imola.

Tras la decisión de Alpine de darle la posibilidad de pilotar el coche que hasta esa fecha en Miami había estado en manos de Jack Doohan, el piloto argentino completó una sólida actuación, finalizando en la posición 16, igualando su posición de partida.

Aunque para muchos esta fue una participación positiva, su paso por el histórico circuito italiano estuvo acompañado de situaciones polémicas que trascendieron más allá de la pista, principalmente en las redes sociales.

Colapinto, quien ya había debutado en esta disciplina en 2022 con Alpine, disfruta de estos momentos en un deporte que no solo exige destrezas técnicas, sino también controla una cantidad significativa de narrativas mediáticas y de los fanáticos.

Su participación en Imola fue sin errores, a pesar de las limitaciones del coche, que aún presenta varias dificultades en la configuración y rendimiento.

Sin embargo, no todo fue tranquilidad para el piloto argentino, pues las redes sociales se vieron inundadas de comentarios abusivos y de carácter ofensivo, relacionados con incidentes previos en las jornadas de clasificación y con debates sobre su desempeño.

Uno de los hechos que desató mayor revuelo fue una publicación falsa que circuló en Twitter, en la que se atribuía a Mick Doohan, ex piloto de motociclismo y campeón en Motocross y MotoGP, un comentario burlón hacia Colapinto tras un accidente en clasificación.

La publicación, que fue rápidamente desmentida por la cuenta responsable, generó una ola de insultos y amenazas dirigidas a la familia del ex piloto australiano, motivando a Jack Doohan, hijo de Mick y compañero de equipo de Colapinto, a salir en su defensa.

El propio Jack aclaró en sus redes sociales que la publicación era un montaje elaborado por seguidores argentinos, que deformaron un contenido original para dañarlos.

Este incidente fue solo una parte del contexto más amplio, que incluyó ataques racistas y comentarios xenófobos contra Yuki Tsunoda, piloto japonés de Red Bull Racing, quien se vio envuelto en una confrontación con Colapinto durante las prácticas en Imola.

Tras un bloqueo en pista durante una maniobra arriesgada, Tsunoda fue objeto de insultos en su perfil de Instagram, donde numerosos seguidores argentinos y de otras nacionalidades le dirigieron mensajes discriminatorios relacionados con sus rasgos físicos, su estatura y referencias negativas a la historia del Japón, incluyendo comentarios relacionados con Hiroshima y Nagasaki.

La situación fue aún más grave cuando algunos mensajes rayaron en lo económico y cultural, recordando ataques históricos, fomentando una profunda preocupación entre los organizadores y los organismos reguladores.

Como respuesta, Alpine y la FIA emitieron comunicados en los que reiteraron el compromiso con el respeto y la convivencia en el deporte. La escudería francesa, en particular, expresó que detrás de cada piloto hay una persona con sentimientos y familiares que no merecen el odio ni la toxicidad.

La FIA, por su parte, a través de su presidente Mohammed Ben Sulayem, enfatizó la importancia de promover un ambiente de competición en el que prevalezca la cordialidad y el respeto mutuo, condenando las agresiones online y los actos de discriminación.

Lo ocurrido en Imola no solo mostró las limitaciones técnicas de los autos en desarrollo, sino también cómo las redes sociales pueden convertirse en un campo de batalla para los deportistas, exponiéndolos a amenazas y discriminaciones sin precedentes.

En un deporte con una historia que se remonta a principios del siglo XX, donde figuras como Juan Manuel Fangio y Ayrton Senna marcaron un legado de éxito y carácter, hoy la atención también se centra en la construcción de un entorno más saludable y respetuoso.

A pesar del caos en las redes, Colapinto y Tsunoda continúan mostrando profesionalismo, instando a los seguidores a mantener la calma y a respetar a todos en este deporte de altas emociones.

En una disciplina que ha visto su crecimiento explosivo en popularidad y audiencia, especialmente en regiones como Europa y América, estos incidentes subrayan la necesidad de fomentar valores positivos, tanto en la pista como en los ámbitos digitales.

La temporada de 2025 de Fórmula 1 promete ser apasionante, pero también un recordatorio de que detrás de cada casco hay una persona que merece respeto y consideración.