El Ayuntamiento de València avanza en su normativa para controlar el crecimiento descontrolado de apartamentos turísticos, incluyendo nuevas restricciones y una ampliación de la moratoria de licencias, con el objetivo de equilibrar el sector turístico y residencial en la ciudad.

El Ayuntamiento de València está tomando medidas importantes para frenar la expansión desmedida de apartamentos turísticos en la ciudad, un fenómeno que ha crecido de manera significativa en los últimos años y que ha generado preocupación entre residentes y autoridades.
La Comisión de Urbanismo, Parques y Jardines, Espacios Naturales y Mejora Climática ha aprobado recientemente, con los votos favorables del equipo de Gobierno, una propuesta para someter a exposición pública durante 45 días una nueva normativa urbanística que busca limitar la proliferación de este tipo de alojamientos.
Esta iniciativa llega en un momento en que la ciudad ha visto un aumento exponencial en la oferta de apartamentos turísticos, en parte debido a la permisividad de administraciones anteriores.
Durante los ocho años de gobiernos de izquierda, no se implementaron medidas efectivas para controlar esta tendencia, permitiendo que en muchos barrios, especialmente en zonas tradicionales y residenciales, se implantaran numerosos alojamientos turísticos en bajos de edificios.
La actual gestión, liderada por la alcaldesa María José Catalá, busca revertir esa tendencia y garantizar un equilibrio entre el turismo y la calidad de vida de los residentes.
La normativa que ahora se somete a exposición pública incluye una serie de controles y limitaciones destinadas a evitar la masificación y garantizar el uso residencial de las viviendas en la ciudad.
Entre las medidas más relevantes, se encuentra la prohibición de nuevas plazas turísticas en distritos donde la oferta supere el 8% del total de plazas, sumando hoteles y apartamentos turísticos, respecto al número de vecinos empadronados.
Además, se establece un límite del 2% para el número de viviendas turísticas en relación con el total de viviendas residenciales en cada barrio, con el fin de evitar que el uso turístico desplaze al residencial.
Estas medidas representan una significativa reducción en comparación con la anterior regulación, que permitía un máximo del 10% en ciertos barrios como El Cabanyal.
La nueva normativa también protege el comercio local, restringiendo a un 15% el porcentaje de locales comerciales que pueden convertirse en viviendas turísticas, de modo que el 85% restante de los locales en cada manzana se destine a otros usos como oficinas, restaurantes, farmacias o peluquerías.
Por otro lado, la ampliación de un año más la moratoria en la concesión de licencias permitirá al Ayuntamiento seguir trabajando en la regulación mientras finalizan los trámites administrativos necesarios.
Durante este período, las nuevas solicitudes de licencias estarán suspendidas, dando tiempo a ajustar la normativa a las necesidades reales de la ciudad.
El concejal de Urbanismo, Juan Giner, ha destacado que estas medidas reflejan la voluntad del actual gobierno de poner freno a un crecimiento descontrolado que, en su opinión, fue fomentado en administraciones anteriores sin tener en cuenta el impacto en la comunidad.
Giner también ha señalado que estas limitaciones buscan proteger la vivienda y el comercio, pilares fundamentales para la calidad de vida en la ciudad, y promover un turismo sostenible y de calidad que contribuya a la economía local y genere empleo.
En definitiva, València avanza hacia un modelo más equilibrado y sostenible, donde el turismo no suponga una amenaza para la vivienda ni para el comercio tradicional.
La regulación vigente pretende evitar que la ciudad pierda su carácter residencial en favor de un uso turístico descontrolado, preservando así la identidad y la calidad de vida de sus habitantes, en un contexto donde otras ciudades europeas, como Barcelona o Madrid, ya enfrentan problemas similares por la masificación turística.
La puesta en marcha de estas medidas será clave para garantizar un desarrollo urbano que beneficie a todos los residentes y visitantes por igual.