Las tortugas mordedoras visitan las residencias de Londres cada verano para su ruta hacia el río Támesis, enfrentándose a obstáculos urbanos y siendo ayudadas por un residente local que las rescata y las traslada a su destino.

Este comportamiento, que para muchos puede parecer inusual, ha sido una tradición no oficial en la comunidad local, y en particular, en la casa de Alan Graham, quien se ha convertido en un héroe voluntario para estas criaturas.
La primera vez que Graham descubrió una tortuga mordedora en la puerta de su hogar fue hace aproximadamente 15 años, cuando escuchó unos arañazos y encontró a la tortuga intentando entrar en su propiedad.
Desde entonces, cada verano, Graham se dedica a ayudar a estas tortugas, que en su recorrido atraviesan áreas urbanas hasta llegar al río Támesis, uno de los principales cauces de agua en el suroeste de Inglaterra.
En particular, estas #tortugas conectan los humedales de Highbury, un ecosistema importante para muchas especies, con el vasto río que atraviesa Londres.
La ruta que siguen las tortugas es conocida localmente
La ruta que siguen las tortugas es conocida localmente, y en décadas pasadas, muchas de ellas eran grandes y fáciles de identificar, alcanzando los 60 centímetros de longitud y aproximándose a los 15 kilogramos.
Sin embargo, en la temporada actual, Graham ha reportado la presencia de tortugas más pequeñas, de unos 30 centímetros y sólo unos pocos kilos, que también reciben un transporte seguro en su carro de mano para evitar accidentes y facilitar su desplazamiento.
El voluntario ha explicado que, en cada encuentro, se asegura de reaccionar con rapidez y cautela debido a la naturaleza agresiva y rápida de estas tortugas mordedoras.
Graham cuenta que, en el pasado, algunas de las tortugas más grandes intentaron morderle, pero con años de experiencia sabe cómo manipularlas sin peligros.