Un nuevo informe de la OMS advierte sobre los riesgos de salud extremos que enfrentan las mujeres embarazadas y los niños a causa de los desastres climáticos. El informe destaca los peligros del calor extremo, la contaminación del aire y los cambios climáticos severos.
Las mujeres embarazadas y los niños enfrentan consecuencias graves para su salud debido a los desastres climáticos, según un informe publicado esta semana por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras agencias de las Naciones Unidas.
El informe advierte sobre los riesgos de salud extremos que enfrentan las mujeres embarazadas y los niños a causa de los desastres climáticos, como infecciones transmitidas por insectos o impactos de la contaminación del aire.
Estos riesgos se vuelven más urgentes a medida que el mundo experimenta temperaturas récord y se espera que haya más desastres relacionados con el clima en las próximas décadas.
Investigaciones respaldan estas preocupaciones y muestran que las mujeres embarazadas expuestas al calor extremo tienen un mayor riesgo de complicaciones durante el parto.
Además, la exposición a la contaminación del aire durante el embarazo se ha relacionado con resultados adversos en el peso al nacer y el parto prematuro.
El informe de la OMS también destaca que los niños también son desproporcionadamente afectados por el cambio climático.
El clima extremo puede provocar tasas más altas de depresión y estrés, así como problemas de salud mental que pueden durar en la edad adulta.
Además, las temperaturas extremas y la mala calidad del aire pueden dañar la salud respiratoria de los niños y aumentar el riesgo de infecciones respiratorias.
Ante estas preocupaciones, la OMS hace un llamado a la acción antes de las próximas negociaciones internacionales sobre el cambio climático.
El informe insta a considerar a las mujeres, los niños y los recién nacidos como prioridades en la respuesta global al cambio climático, así como a acelerar la investigación y las acciones para reducir las emisiones de carbono.
El cambio climático presenta un peligro creciente para la salud materna, neonatal e infantil que ya no puede ser ignorado.
Es necesario tomar medidas urgentes para proteger a las mujeres embarazadas y a los niños de estos riesgos y garantizar un futuro saludable para las generaciones venideras.