En la provincia de Nueva Escocia, las comunidades costeras están colaborando en un proyecto para rastrear la biodiversidad marina utilizando muestras de ADN ambiental, con la ayuda de voluntarios locales y análisis en laboratorios especializados. La iniciativa busca comprender mejor los cambios en la distribución de especies debido al aumento de las temperaturas oceánicas.

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La iniciativa, liderada por estudiantes y científicos del Instituto Dalhousie, busca recopilar muestras de agua para analizar #ADN ambiental y así identificar las diferentes especies que habitan en estas aguas.

Este método, conocido como análisis de ADN ambiental (eDNA), consiste en detectar trazas genéticas que los organismos marinos dejan en el agua de manera natural.

Gracias a esta técnica, los investigadores pueden obtener un panorama de la #biodiversidad sin necesidad de capturar o observar directamente a los animales, facilitando así un monitoreo más eficiente y menos invasivo.

La participación ciudadana es clave en este proyecto. Voluntarios de distintas localidades, desde Yarmouth hasta Louisbourg, reciben capacitación para recolectar muestras de agua en diferentes puntos de la costa.

Estos voluntarios llevan bolsas, filtros y otros instrumentos especiales para realizar la toma de muestras, que posteriormente envían a los laboratorios para su análisis.

El objetivo es que cada grupo de voluntarios realice muestreos trimestrales, en marzo, julio y noviembre, con el fin de observar patrones estacionales y migratorios.

El proyecto surge en un contexto donde el cambio climático ha comenzado a impactar en la distribución de especies marinas. El aumento de las temperaturas oceánicas ha provocado que algunos animales, como las langostas, se desplazen hacia el norte en busca de aguas más frías.

Monitorear estos movimientos es crucial para entender los cambios en los ecosistemas y para promover estrategias de conservación efectivas.

Quien explica que la recopilación sistemática de datos permitirá crear una línea base de biodiversidad en la región

La dirección del proyecto está a cargo de Samantha Beal, estudiante de doctorado en la Universidad Dalhousie, quien explica que la recopilación sistemática de datos permitirá crear una línea base de biodiversidad en la región.

Con esta información, los investigadores podrán detectar tendencias y posibles amenazas para las especies marinas.

Además, las comunidades participantes valoran la oportunidad de conectar con su entorno natural y contribuir activamente a la protección del ecosistema.

Krish Thapar, un voluntario que se desplazó desde Dartmouth para participar en una jornada de recolección, expresó: “Me gusta mucho colaborar en algo que puede marcar una diferencia en la conservación de nuestra costa.

Además, es una experiencia que me permite disfrutar del mar y compartir con otros amantes de la naturaleza”.

Históricamente, #Nueva Escocia siempre ha sido un importante centro para la pesca y la economía marítima, con una tradición que data de siglos atrás.

La conservación de su biodiversidad ahora se convierte en un aspecto esencial para garantizar la sostenibilidad de estas actividades a largo plazo. La iniciativa del ADN ambiental, además de promover la participación comunitaria, se suma a otras medidas de protección y gestión ambiental que buscan preservar estos ecosistemas únicos.

La agencia encargada del proyecto sigue buscando voluntarios en otras áreas de la provincia, como la Bahía de Fundy, una de las zonas con mayor biodiversidad y acantilados espectaculares.