El fracking en la región de Montney y en Texas está generando un incremento alarmante en la actividad sísmica, lo que genera preocupación entre los residentes y científicos.
La expansión del fracking en la región de Montney, ubicada en el noreste de British Columbia (B.C.), y su correlato en Texas están generando un alarmante aumento en la actividad sísmica, preocupando tanto a los residentes locales como a los expertos en geología.
Richard Kabzems, un habitante de Farmington, B.C., sostiene en su hogar un voluminoso archivo que compila sus esfuerzos durante dos años para detener la construcción de pozos de fracking cerca de su vivienda.
'Cuanto más fracking realicemos... más terremotos tendremos', afirma un experto.
Hace dos años, la compañía multinacional de petróleo y gas, Ovintiv, anunció la expansión de fracking en un nuevo sitio situado a un kilómetro de la casa de Kabzems.
El regulador de energía de B.C. (BCER) aprobó el permiso para esta actividad, a pesar de las numerosas cartas y correos electrónicos que Kabzems y su esposa enviaron en oposición al proyecto.
El inicio de las perforaciones está programado para el 9 de febrero, siendo este el primero de un total de 24 pozos proyectados en el área. 'Estamos asumiendo el riesgo, mientras que ellos dicen: 'No se preocupen'', expresa Kabzems.
La preocupación de Kabzems es comprensible, ya que en 2024 se registraron 34 terremotos de magnitud 3 o superior, un número que triplica las cifras de hace una década en la región de Montney, según datos provenientes de Recursos Naturales de Canadá.
La relación entre las actividades de petróleo y gas y los terremotos inducidos está bien documentada a nivel mundial. Los expertos señalan que los temblores de magnitud 3, aunque pueden no parecer severos, pueden ser sentidos y causar daños en función de su ubicación.
Kabzems y su esposa ya han sentido sismos originados por el fracking en el pasado. 'Sentimos como si un camión estuviera chocando contra nuestra casa, un profundo y bajo retumbar', rememora Kabzems sobre los sismos que experimentaron hace cuatro años.
Sin embargo, en junio de 2023, su aseguradora les notificó que la póliza de su hogar ya no cubriría daños por terremotos.
Esta situación se agrava por el notable incremento de las operaciones de fracking en B.C., impulsadas por la demanda internacional de gas natural, esencialmente a través de un nuevo gasoducto que transportará gas hacia un terminal de LNG en Kitimat, B.C. Se espera que este gasoducto transporte dos millones de pies cúbicos de gas por día, lo que podría posibilitar que la producción en Montney se duplique en los próximos 20 años.
Estos problemas no se limitan solo a Canadá. En Texas, comunidades como Snyder fueron testigos de más de 60 terremotos en una semana durante el verano pasado, lo que ha llevado a un escrutinio sobre las prácticas de fracking.
En B.C., se han implementado ciertos sistemas de monitoreo sísmico, pero algunos expertos consideran que faltan salvaguardias efectivas suficientes.
Mientras los residentes y científicos advierten sobre la creciente frecuencia de sismos vinculados al fracking, la industria en B.C. asegura tener protocolos para gestionar y mitigar estos riesgos. No obstante, con las cifras de terremotos en aumento, hay un llamado urgente a una reevaluación de las regulaciones y una atención más rigurosa por parte de los responsables políticos para proteger tanto a la población como al medio ambiente.