En la región de Bella Coola, en la costa central de Columbia Británica, las interacciones entre humanos y osos pardos se han intensificado en los últimos años, culminando en un ataque que dejó a varias personas heridas. Las autoridades forestales trabajan para localizar y capturar a los ejemplares involucrados, en un contexto donde la población de estos animales ha experimentado un notable crecimiento, generando preocupación en la comunidad local.
La reciente agresión de un oso en un colegio ha puesto sobre la mesa un debate sobre la creciente presencia de estos animales en áreas habitadas, situación que preocupa tanto a las autoridades como a los habitantes de este pequeño enclave.
El incidente ocurrió el jueves pasado cuando un grupo de aproximadamente 20 personas, entre ellas alumnos de cuarto y quinto grado junto con sus maestros, estaban almorzando en una salida escolar en la zona conocida como la subdivisión de 4 Millas.
Sin aviso, un oso pardos, posiblemente una hembra acompañada de sus crías, atacó a varias personas, resultando en que tres estudiantes y un docente debieron ser hospitalizados tras sufrir heridas causadas por el animal.
Según informó el Servicio de Conservación Forestal de Columbia Británica, las autoridades están desplegando esfuerzos para localizar a los osos responsables y reducir el riesgo para la comunidad.
Hasta ahora, solo se ha avistado un oso en las últimas 24 horas, y a una distancia considerable del lugar del ataque. La estrategia consiste en colocar cámaras trampa y acotar la búsqueda en un radio de unos pocos kilómetros en torno a la subdivisión.
Este aumento en la interacción entre humanos y osos no es casual. La comunidad de Bella Coola, conocida como la Puerta al Gran Bosque de Osos, ha visto cómo la población animal aumenta progresivamente en los últimos años.
Según el jefe tradicional de la Nación Nuxalk, Noel Pootlass, la llegada de estos animales al valle se aceleró en 2018 tras expulsión de los osos de sus territorios tradicionales debido a la tala, sequías y incendios forestales provocados por el clima.
Pootlass afirma que la población de osos en la región se ha duplicado o incluso triplicado en los últimos años, lo que ha llevado a la comunidad a experimentar una serie de incidentes, entre ellos el ingreso de estos animales en viviendas, en busca de alimentos como comida para perros y gatos, y enfrentamientos cada vez más peligrosos.
Los residentes indican que las interacciones se han vuelto frecuentes y preocupantes, y que algunos ejemplares se han convertido en una presencia constante en sus propiedades.
Una residente, Maryanne Gurr, relata que desde hace años ve osos en su jardín, incluso una madre con crías, y que en varias ocasiones ha tenido que enfrentarse a situaciones peligrosas, como cuando un oso ingresó en su casa y robó comida de su congelador.
Gurr comenta que estas experiencias le generan miedo y ansiedad, incluso dificultades para dormir.
Aunque muchos habitantes manifiestan su respeto por los osos y desean vivir en paz con la fauna salvaje
Aunque muchos habitantes manifiestan su respeto por los osos y desean vivir en paz con la fauna salvaje, también reconocen que la situación actual requiere una gestión efectiva para evitar tragedias.
La agitación provocada por el reciente ataque escolar ha reabierto el debate sobre la política de caza en Columbia Británica, que prohibió la caza de #osos pardos en 2017 —salvo para propósitos tradicionales de comunidades indígenas—.
La medida busca proteger a estos animales, considerados una especie emblemática de la región, pero también ha generado controversia respecto a la #seguridad pública y el manejo de poblaciones en crecimiento.
Las autoridades forestales enfatizan que su prioridad es capturar a los osos implicados en el ataque, recolectar muestras de ADN para identificarlos, y trabajar con veterinarios especializados para determinar si son los que causaron las heridas.
Cualquier ejemplar que no esté involucrado sería reubicado en áreas alejadas de zonas habitadas.
Por ahora, se ha pedido a la comunidad evitar la subdivisión de 4 Millas, mantenerse en interiores y no intentar buscar a los animales por cuenta propia, en un esfuerzo por prevenir nuevos incidentes.
La situación en Bella Coola refleja una problemática global relacionada con la expansión humana en hábitats naturales y el cambio climático, que altera las dinámicas de las poblaciones animales.
