La calidad del aire y su medición afectan decisiones sobre la realización de eventos deportivos, especialmente frente a riesgos como el humo de incendios forestales. Expertos explican cómo funcionan los índices y qué factores deben considerarse para proteger la salud.

Durante el verano de 2025, en la provincia de Saskatchewan, Canadá, se evidenció cómo la contaminación puede alterar incluso eventos deportivos de gran afluencia.
El pasado 11 de julio, en Regina, el estadio Mosaic, palco habitual de la temporada de la Canadian Football League (CFL), tuvo que suspender un partido entre los Saskatchewan Roughriders y los Calgary Stampeders debido a los altos niveles de contaminación en el aire.
La decisión se tomó más de tres horas después del horario estipulado para el inicio del encuentro, ante los datos alarmantes contabilizados por los sistemas de medición.
Aunque en esa ocasión se postponía un partido de fútbol americano, los demás #deportes en Saskatchewan continuaron sus actividades a pesar de la presencia de humo de #incendios forestales en gran parte de la provincia.
Esto evidencia la complejidad de decidir cuándo suspender o mantener eventos deportivos en función de la calidad del aire, ya que no existe una regla única aplicable a todas las disciplinas.
Madeline Orr, profesora asistente de ecología del deporte en la Universidad de Toronto, explica que diferentes deportes demandan distintos niveles de esfuerzo respiratorio y exposición, por lo que las decisiones deben adaptarse a cada caso.
Por ejemplo, una carrera de atletismo puede requerir mayor resistencia pulmonar que un partido de golf, lo que implica diferentes criterios de riesgo.
En Canadá, las autoridades utilizan principalmente el Índice de Calidad del Aire para tomar decisiones, específicamente el Air Quality Health Index (AQHI), gestionado por el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático.
Este índice califica los niveles de contaminación en una escala del uno al diez, considerando la peligrosidad de contaminantes como partículas en suspensión (PM2.5), ozono y óxidos de nitrógeno.
Cuando el AQHI alcanza valores de cinco o más, se recomienda que las personas sensibles, como adultos mayores o quienes tengan afecciones respiratorias, eviten actividades al aire libre.
Para valores a partir de siete, incluso el público general debe extremar precauciones, y en niveles de diez, la exposición puede representar riesgos severos para la salud.
Expertos como Amir Hakami, profesor de ingeniería ambiental en la Universidad de Carleton, explican que estos índices se basan en modelos que estiman el impacto en la población a partir de mediciones en más de 130 estaciones distribuidas por todo Canadá.
Sin embargo, las condiciones del entorno, como la distancia al foco contaminante, pueden alterar significativamente los niveles de exposición en un punto específico.
Por ejemplo, estar justo al lado de un tubo de escape generará una calidad de aire muy diferente a unos metros aupupwind.
La presencia de humo de incendios forestales
La presencia de humo de incendios forestales, compuesto principalmente por partículas finas menores a 2.5 micrómetros —denominadas PM2.5—, es particularmente peligrosa. Estas partículas, invisibles a simple vista, pueden penetrar en los pulmones, cruzar las barreras celulares y llegar incluso al cerebro, incrementando los riesgos a largo plazo para la salud.
En 2024, Canadá implementó cambios en sus protocolos de monitoreo, con mediciones en tiempo real cada hora, debido a la creciente frecuencia e intensidad de incendios forestales que generan niveles críticos de humo.
En Estados Unidos, el sistema de medición se basa en una escala de 1 a 500 y utiliza colores codificados para comunicar los riesgos, mientras que Canadá realiza evaluaciones más centradas en impactos sobre la salud.
A pesar de estos esfuerzos, las decisiones sobre qué deporte suspender y cuáles continuar siguen siendo complejas. En Prince Albert, a unos 315 kilómetros de Regina, una competición de softbol internacional prosiguió durante el fin de semana, ya que los niveles de calidad del aire en ese momento no superaron los límites recomendados por las autoridades sanitarias.
La evaluación de la calidad del aire implica también aspectos históricos y climáticos. La influencia del viento, la congestión en zonas urbanas y la proximidad a incendios forestales determina en gran medida la calidad en cada momento y lugar.
La historia de los incendios en Canadá muestra un incremento en la gravedad y número de incendios en los últimos años, atribuidos en parte al cambio climático, que ha provocado períodos prolongados de sequías y temperaturas elevadas.
En resumen, la toma de decisiones respecto a eventos deportivos en presencia de contaminación requiere una evaluación cuidadosa de los índices de calidad del aire, las condiciones locales y el tipo de actividad.