El aumento de las temperaturas, la sequía histórica y la deforestación están provocando incendios forestales en la selva amazónica, poniendo en peligro uno de los pulmones verdes más importantes del planeta.

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La selva amazónica se encuentra en grave peligro debido a un récord de incendios forestales que ha afectado a partes de Brasil.

Los incendios en la normalmente húmeda y tropical selva amazónica han sido potenciados por una combinación desastrosa de temperaturas elevadas, sequía histórica y deforestación.

En el estado de Roraima, en el norte de Brasil, el número de incendios en febrero fue más de cinco veces mayor que el promedio.

Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, las llamas continuaron ardiendo a lo largo de marzo.

Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima de Brasil, expresó su preocupación: "Estamos perdiendo la selva amazónica.

Los cambios climáticos provocados por el Fenómeno de El Niño hacen que esta temporada de incendios forestales sea aún peor de lo que estamos acostumbrados a ver en el bosque".

Un análisis de Copernicus, un servicio europeo de monitoreo atmosférico, estima que los incendios en Brasil liberaron la mayor cantidad de dióxido de carbono en el mes de febrero en más de dos décadas.

La mitad de los 45.1 megatoneladas de CO2 liberadas provino de los incendios en el estado de Roraima.


La Amazonia es uno de los mayores sumideros de carbono del mundo, capaz de almacenar más de 150 mil millones de toneladas métricas de carbono, equivalente a aproximadamente 10 años de emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Pero con temperaturas anormalmente altas, la majestuosa cubierta verde comienza a sufrir, aumentando la sequía y la propagación de incendios.

Es urgente tomar medidas para proteger la Amazonia antes de que sea demasiado tarde.

Los esfuerzos para frenar la deforestación ilegal siguen encontrando resistencia por parte de intereses ganaderos poderosos.

La presión internacional y la vigilancia son fundamentales para marcar la diferencia.

Recientemente, Francia y Brasil anunciaron un plan de inversión de más de 1 mil millones de euros para ayudar a proteger la selva.

Aunque el dinero puede contribuir a monitorear y combatir la deforestación, no puede enfriar el clima.

Es crucial actuar de inmediato para evitar mayores daños en la Amazonía y en todo el planeta.