Una intensa tormenta en Bahía Blanca dejó un saldo trágico y millonario, afectando a miles de vehículos y poniendo a prueba la capacidad del mercado asegurador en Argentina.

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Se registraron más de 300 milímetros de lluvia en pocas horas, lo que superó con creces los niveles normales para la región, y provocó el desbordamiento de arroyos que arrasaron con todo a su paso.

El saldo fue catastrófico: 18 personas perdieron la vida y daños materiales por aproximadamente 400 mil millones de pesos argentinos, equivalentes a unos 2,7 mil millones de euros, en un contexto donde miles de autos quedaron destruidos o gravemente dañados.

La magnitud de la tragedia obligó al sector de #seguros de #automóviles a afrontar con rapidez una de las mayores emergencias de los últimos años, impactando directamente a cerca de 8.000 vehículos asegurados en la zona, de acuerdo con datos de la Asociación #Argentina de Compañías de Seguros (AACS).

Los daños a los vehículos fueron evidentes en las imágenes que circularon rápidamente: autos flotando, volteados, atrapados bajo el agua o arrastrados por la corriente con las ruedas mirando hacia el cielo.

La situación generó una masiva cantidad de reclamos y una explosión en el volumen de trámites para la baja y reparación de los vehículos afectados, lo que colapsó los registros de propiedad automotor.

Desde el punto de vista de las coberturas, la cobertura por inundación en los seguros de autos es una de las clave en estos casos. En las pólizas de seguro contra todo riesgo, en particular, la protección contra desastres naturales como esta #tormenta está asegurada en la mayoría de los contratos.

De acuerdo a los expertos, en situaciones extremas como esta, si un vehículo es declarado de destrucción total, la aseguradora indemniza el valor de mercado del coche en el momento del siniestro.

Hay que tener en cuenta que las compañías de seguros tienen procedimientos estrictos: una vez denunciado el siniestro

Para comprender mejor el alcance, hay que tener en cuenta que las compañías de seguros tienen procedimientos estrictos: una vez denunciado el siniestro, un inspector se desplaza a la zona, realiza una inspección y determina si el vehículo puede ser reparado o si se trata de una pérdida total.

En caso de destrucción total, el propietario del auto debe proceder con la baja del vehículo, proceso que también puede verse demorado por la congestión administrativa provocada por la catástrofe.

Históricamente, Buenos Aires y otras regiones argentinas han sufrido eventos meteorológicos extremos, pero la intensidad de esta tormenta es comparable con algunas de las fuertes inundaciones que ocurrieron en décadas pasadas.

La relación entre el clima y el aumento de eventos extremos ha sido objeto de estudio en todo el mundo, y en Argentina, las autoridades advierten sobre la necesidad de fortalecer la infraestructura para reducir futuras catástrofes.

El mercado asegurador, por su parte, ha respondido rápidamente a la crisis, liquidados ya aproximadamente el 87% de los siniestros relacionados con vehículos afectados por la tormenta en Bahía Blanca.

Gustavo Trías, presidente de la AACS, afirmó: “Este evento catastrófico ha puesto a prueba la capacidad del sector para responder con agilidad y eficiencia, elemento fundamental para mantener la confianza de los asegurados en momentos difíciles.”

Mientras tanto, la ciudad continúa trabajando en la reconstrucción y en la prevención para evitar que una situación similar vuelva a repetirse.