La región de Madrid unifica sus sistemas de Formación Profesional en un solo marco, introduciendo cambios que buscan mejorar la empleabilidad y adaptarse a las necesidades actuales del mercado laboral y tecnológico.

La Comunidad de Madrid ha presentado un importante decreto que reorganiza y actualiza el sistema de Formación Profesional en la región, con el objetivo de incrementar las oportunidades de empleo de sus estudiantes y adaptar la formación a las demandas del mercado actual.
Hasta ahora, la comunidad contaba con dos sistemas diferenciados de FP: uno de carácter educativo y otro orientado al empleo. La unificación de estos sistemas permitirá ofrecer una formación más coherente, flexible y alineada con las necesidades de los diversos sectores productivos.
Este nuevo marco normativo, aprobado recientemente por el Consejo de Gobierno, establece una estructura de cinco grados de formación, que abarcan desde acreditaciones parciales hasta cursos de especialización.
El primer nivel, llamado Grado A, corresponde a microcredenciales o acreditaciones parciales de competencia, con precios aproximados de unos 25 euros. El Grado B, que equivale a obtener un certificado de competencia, tiene un coste cercano a los 50 euros. El Grado C, que equivale a un certificado profesional, cuesta alrededor de 75 euros. Los ciclos formativos de grado básico, medio y superior, denominados Grado D, representan los niveles más completos y con mayor duración, con precios que oscilan entre 150 y 300 euros, dependiendo del ciclo y modalidad.
Finalmente, los cursos de especialización, o Grado E, ofrecen formación específica y avanzada, con tarifas que rondan los 200 euros.
El decreto también introduce cambios curriculares relevantes, como la incorporación de asignaturas optativas en los ciclos de grado medio y superior, con el fin de promover la innovación y personalización del itinerario formativo.
Además, se incluyen módulos transversales que facilitan el desarrollo de habilidades tanto técnicas como organizativas, preparándose así a los estudiantes para afrontar los retos del mercado laboral actual.
Otra de las novedades es la mayor autonomía que tendrán los centros educativos en la organización de sus programas, permitiendo metodologías didácticas innovadoras que integren contenidos científicos, tecnológicos y de gestión empresarial.
La flexibilidad en la estancia en empresas también se verá ampliada, facilitando prácticas en diferentes modalidades, incluyendo presencial, semipresencial y virtual, adaptándose a las circunstancias del alumnado.
Asimismo, el decreto contempla la creación de ofertas específicas para personas con necesidades educativas o formativas especiales, garantizando así una inclusión efectiva.
También se dedica un capítulo completo a la orientación, con el objetivo de facilitar la toma de decisiones y mejorar la empleabilidad.
Estos cambios están diseñados para facilitar la cualificación y recualificación continua a lo largo de la vida laboral, ajustando la oferta educativa a un sistema económico y tecnológico en constante evolución.
La iniciativa busca no solo mejorar las oportunidades de empleo para los jóvenes, sino también responder a la demanda de profesionales en sectores emergentes como la digitalización, las energías renovables y la innovación tecnológica, que en la actualidad requieren perfiles altamente especializados.
En un contexto histórico, la región de Madrid ha sido siempre un polo de desarrollo económico en España, con una tradición industrial que data del siglo XIX y que ha ido transformándose hacia sectores de alta tecnología y servicios.
La apuesta por una Formación Profesional moderna y flexible refleja la voluntad de la comunidad de mantener su liderazgo económico, promoviendo una sociedad más cualificada y preparada para los desafíos del siglo XXI.