Con el objetivo de consolidar su autoridad, la nueva dirección en Siria busca unificar a las diversas facciones rebeldes bajo un gobierno central.

En un desarrollo significativo en el conflicto sirio, la nueva administración en Siria ha comenzado a trabajar para unificar las múltiples facciones rebeldes que operan en el país bajo un solo gobierno.

Esta estrategia sigue la reciente expulsión del ex presidente Bashar al-Assad, que ha permitido a los nuevos líderes, encabezados por Ahmed Hussein al-Sharaa, conocido anteriormente como Abu Mohammed al-Jolani, tomar el control y tratar de establecer un orden nacional.

Según informa SANA, la agencia de noticias estatales de Siria, varias facciones rebeldes han acordado disolverse y ser integradas en el Ministerio de Defensa, lo que indica un esfuerzo coordinado para eliminar la fragmentación que ha caracterizado el conflicto durante años.

Esta medida apunta a crear una única fuerza militar nacional, una etapa que muchos expertos consideran clave para la estabilidad del país.

Dareen Khalifa, asesora senior del International Crisis Group, destacó la importancia de esta unificación diciendo: "No se puede construir un estado mientras exista un sinfín de milicias actuando por su cuenta". Khalifa tuvo la oportunidad de reunirse con al-Sharaa recientemente y enfatizó que la disolución de las facciones rebeldes se había convertido en una prioridad para los nuevos líderes, dado que facciones disidentes operaban de manera autónoma en distintas regiones rurales de Siria.

La nueva administración también ha nombrado a un primer ministro interino que se encargará de liderar un gobierno transitorio hasta marzo.

Además, han prometido la creación de un comité legal que redactará una nueva constitución para el país, lo que indica un compromiso hacia la institucionalización del gobierno.

Este nuevo enfoque de gobernabilidad se presenta en un contexto histórico complejo para Siria, que ha sido devastada por una guerra civil desde 2011. Durante esta década, el país ha visto cómo numerosas facciones rebeldes se han formado, muchos de ellos resultantes de un deseo de derrocar al régimen de Assad.

Sin embargo, la falta de unidad entre estas facciones ha dificultado significativamente el establecimiento de un gobierno central y funcional.

Las imágenes compartidas en redes sociales luego de la declaración de unificación mostraron a al-Sharaa con numerosos líderes rebeldes, muchos de ellos vestidos con uniformes militares, lo que subraya el apoyo que ha logrado consolidar en este nuevo esfuerzo.

A medida que la comunidad internacional observa con atención estos desarrollos, queda por ver si esta iniciativa de unificación tendrá éxito y si permitirá sentar las bases para una paz duradera en Siria.

La provincia de Idlib y otras áreas de control rebelde seguirán siendo puntos críticos en este proceso, donde la presencia de diversos grupos armados complica aún más la situación política y social del país.