La investigación preliminar de Azerbaiyán sugiere que un sistema de defensa ruso causó la caída de un avión de pasajeros en Kazajistán el día de Navidad, resultando en la muerte de 38 personas.

El pasado 25 de diciembre, un avión de Azerbaijan Airlines se estrelló en Kazajistán, dejando un saldo trágico de al menos 38 personas fallecidas.

Según informes preliminares de la investigación llevada a cabo por Azerbaiyán, se sostiene que el aparato fue derribado por un sistema de defensa aérea ruso.

Este incidente ha levantado serias preocupaciones sobre la seguridad aérea en la región, especialmente en el contexto actual de tensión entre Rusia y Ucrania.

El vuelo J2-8243 había partido de Bakú, la capital de Azerbaiyán, y se dirigía hacia Grozny, en la región sur de Chechenia, Rusia.

Sin embargo, durante su trayecto, el avión se desvió hacia el sur, cruzando el Mar Caspio, una ruta que, según expertos, no debería haber tomado.

En este momento, el aeropuerto ruso más cercano a la trayectoria del vuelo, Makhachkala, se encontraba cerrado, lo que añade un elemento de misterio a la situación.

Fuentes cercanas a la investigación mencionan que el avión de pasajeros, un Embraer 190, experimentó una emergencia que podría haber sido provocada por un impacto de ave, aunque no hay consensos claros sobre este incidente.

Las autoridades rusas, a través de su organismo de vigilancia aérea, afirmaron anteriormente que la aeronave había pasado por un episodio que requería una atención inmediata, pero hasta ahora no han presentado comentarios oficiales sobre la investigación en curso.

Además, las mismas fuentes apuntan a que los sistemas de guerra electrónica rusos habrían interferido con las comunicaciones del avión cuando se aproximaba a Grozny, sugiriendo que la aeronave pudo haber estado bajo el fuego de un sistema antiaéreo Pantsir-S. A pesar de que no se sostiene que esta acción haya sido intencionada, Azerbaiyán exige que Rusia asuma responsabilidad por lo sucedido, destacando la expectativa de una admisión sobre el derribo del avión.

Es importante mencionar que este trágico suceso no es el primero en la Historia reciente de conflictos aéreos en la región.

En 2015, un avión de combate ruso fue derribado por Turquía, lo que generó una crisis internacional que puso de manifiesto las tensiones geopolíticas existentes.

Asimismo, la guerra entre Rusia y Ucrania ha exacerbado las preocupaciones sobre la seguridad aérea en los espacios aéreos cercanos a los conflictos.

Las autoridades kazajas han indicado que aún no han llegado a conclusiones definitivas en su investigación sobre el accidente, mientras que el Kremlin ha evadido hacer comentarios hasta que los datos sean claros y concluyentes.

Este accidente se suma a la lista de incidentes aéreos en una época ya de por sí conflictiva en el ámbito internacional, poniendo en relieve la vulnerabilidad de las aeronaves comerciales a las décadas de políticas de defensa militar en áreas de alta tensión geopolítica.