An Australian citizen has been targeted by Beijing and is now featured on a wanted poster in Hong Kong, alongside two other dissidents. The three individuals have been persecuted for their involvement in supporting the pro-democracy movement.

En Hong Kong, fuera de la comisaría de policía de Tsim Tsha Tsui en el centro de la ciudad, hay un cartel de búsqueda de un ciudadano australiano.

Kevin Yam, abogado de Melbourne, observa desde detrás de un cristal en un tablero de metal en una de las calles más concurridas de Hong Kong.

Su foto monocromática está junto a la de otros dos disidentes, Yuan Gong-yi y Kwok Fung-yee.

Debajo de cada uno de ellos se lee la frase 'persona buscada'. Los tres han sido perseguidos en el exilio por sus roles en el apoyo al movimiento pro democrático que ha sido diezmado por Pekín.

A Yam se le acusa de abogar por sanciones contra el gobierno de Hong Kong, a Yuan se le acusa de dirigir un referéndum falso.

A Kwok se le acusa de asistir a reuniones subversivas en el extranjero.

Sus fotografías son un mensaje permanente para millones de habitantes de Hong Kong: no cruces las líneas rojas de Pekín.

'Si no quieres aparecer en todos los rincones de Hong Kong como nosotros: cállate', dijo Yam.

Gordon Ng fue detenido por primera vez en 2021. Yam se considera afortunado.

Gordon Ng, un ciudadano australiano y hongkonés, ha estado encarcelado desde 2021 por cargos de seguridad nacional.

El ex alumno del Waverley College de Sydney enfrenta una pena máxima de cadena perpetua.

La situación de estos disidentes pone de manifiesto la agresiva persecución que Beijing ejerce sobre quienes se oponen al gobierno en Hong Kong.

La colocación de los carteles de búsqueda en la comisaría y su exposición al público es un claro mensaje de amedrentamiento hacia aquellos que se atrevan a desafiar el régimen.

La limitación de la libertad de expresión y la imposición de leyes de seguridad cada vez más estrictas han llevado a la diáspora de activistas, periodistas y defensores de los derechos humanos.

Es importante recordar que estos sucesos tienen lugar dentro del marco de la creciente influencia política de Pekín sobre Hong Kong.

La controvertida Ley de Seguridad Nacional impuesta por la legislatura de China ha socavado la autonomía y las libertades civiles en la región y ha generado un clima de temor entre la población.

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el deterioro de la situación en Hong Kong y ha instado a una mayor protección de los derechos fundamentales en el territorio.

La historia de los disidentes australianos es solo un ejemplo de la represión que enfrentan aquellos que luchan por la democracia en Hong Kong.

La comunidad internacional debe seguir presionando para garantizar la libertad y los derechos humanos en la región, así como para exigir la liberación de todos los presos políticos y el cese de la persecución política.

La lucha por la democracia y la protección de los derechos fundamentales es un desafío global que debe abordarse con determinación y solidaridad.

La situación en Hong Kong es un recordatorio de la importancia de defender los valores de la libertad y la justicia en todo el mundo.