Susie Wiles, quien lideró la campaña electoral de Donald Trump, asume la jefatura de personal en un contexto político complejo.
West Palm Beach, Florida: Susie Wiles, electa como jefa de personal de la Casa Blanca del presidente Donald Trump, inicia sus jornadas a las 7:30 de la mañana en la sede de transición de West Palm Beach.
Sin embargo, suele encontrarse a solo unos pasos de Trump a las 2 de la tarde, preparándose para una maratónica jornada que se extiende por cinco horas en su oficina, ubicada en lo que solía ser la suite de novias de Mar-a-Lago.
"El presidente es un ave nocturna y yo soy madrugadora, así que el horario ideal es de 2 a 7", comentó Wiles en una reciente entrevista.
A sus 67 años, Wiles se convierte en la primera mujer en ocupar este cargo crucial y a menudo arriesgado en el panorama político de Washington.
Tras haber guiado con éxito la campaña electoral de Trump, su siguiente paso es implementar planes para lo que será su mandato: decretos ejecutivos para el primer día, deportaciones, un paquete masivo de reformas que abarcan temas de frontera, energía y recortes fiscales.
Además, se anticipan audiencias en el Congreso para los nominados al gabinete y la gestión de un gran número de nombramientos pendientes.
El objetivo de Wiles es completar 2000 de los 11,000 nombramientos antes de la toma de posesión el 20 de enero.
Para poner esto en perspectiva, en la inauguración de Trump en 2017, apenas se habían completado 25 nombramientos, un periodo marcado por el caos en el Ala Oeste, donde Wiles no formaba parte del equipo administrativo.
A menudo llamada “La doncella de hielo” por su naturaleza controlada, expresa confianza en poder establecer orden en el personal esta vez.
Sin embargo, la situación con el presidente-electo es delicada.
La incertidumbre reside en si Wiles podrá manejar la imprevisibilidad de Trump en la Casa Blanca y salir adelante en su nuevo papel.
Cabe recordar que su última experiencia en el gobierno federal fue hace más de cuarenta años, cuando trabajaba como programadora en la Casa Blanca y luego en el Departamento de Trabajo a la edad de 23 años.
Ahora, se encuentra ante la tarea de abordar políticas de seguridad nacional y relaciones exteriores, en un contexto de crisis internacionales.
Wiles ha manifestado su intención de permanecer durante los cuatro años de su mandato como jefa de personal, afirmando: "Este trabajo no está garantizado.
Pero voy a hacer todo lo posible y dar mi máximo esfuerzo". En un periodo donde el liderazgo efectivo y la capacidad de adaptación serán claves, todos los ojos estarán puestos en ella y en cómo navegará estos desafíos.