Yoon Suk Yeol, expresidente de Corea del Sur, ha sido arrestado en un acto histórico que marca un punto de inflexión en la política del país.
Las autoridades surcoreanas han arrestado al expresidente Yoon Suk Yeol, siendo este un hecho sin precedentes en la historia del país, puesto que es la primera vez que se detiene a un líder en funciones.
Esta detención surge tras una controvertida declaración de ley marcial que Yoon llevó a cabo durante su breve periodo en el cargo.
Un convoy de vehículos negros partió del complejo presidencial de Seúl, lo que marcó el inicio de una operación que captó la atención de medios y espectadores en todo el mundo.
Yoon había estado refugiado durante semanas en su villa en las colinas de Seúl.
Las fuerzas de seguridad fueron desplegadas en gran número, utilizando escaleras para superar una barricada de autobuses dispuestos por el Servicio de Seguridad Presidencial.
Después de una operación que comenzó antes del amanecer, Yoon llegó al Oficio de Investigación de Corrupción para Altos Funcionarios en Gwacheon, donde se encuentra bajo investigación por un posible cargo de insurrección.
Este acontecimiento ha desatado un torrente de reacciones tanto a nivel nacional como internacional.
En un mensaje grabado, Yoon argumentó que "el estado de derecho se ha colapsado por completo en este país" y alegó que la investigación en su contra era ilegal.
Sin embargo, accedió a someterse a interrogatorios para evitar un posible derramamiento de sangre.
Este arresto se produce después de que fracasara un intento anterior de detenerlo el 3 de enero.
Más de 3,000 policías fueron desplegados para asegurar el área, mientras miles de sus seguidores se congregaron en las afueras del complejo presidencial, lo que generó temores de que la situación podría escalar en violencia.
Muchos portaban banderas de Estados Unidos y pancartas con el eslogan "Detengan el Robo", en clara alusión a los seguidores de Donald Trump tras su derrota electoral en 2020.
La crisis política actual en Corea del Sur refleja un periodo turbulento en la política del país asiático.
Yoon Suk Yeol, quien llegó a la presidencia prometiendo un cambio en la dirección política, ha sido objeto de críticas por sus decisiones y su manejo de la situación de la pandemia.
Las tensiones políticas han ido en aumento, y este arresto podría tener efectos de largo alcance sobre el futuro político del país.
Históricamente, Corea del Sur ha pasado por varias crisis políticas y movimientos de protesta que han moldeado su democracia actual.
Desde el levantamiento de Gwangju en 1980 hasta las protestas masivas de 2016 que llevaron a la destitución de la expresidenta Park Geun-hye, el país ha demostrado una notable resiliencia y un firme compromiso con los principios democráticos.
El arresto de Yoon Suk Yeol no solo marca un punto de inflexión en su carrera política, sino que también podría ser un indicativo de cómo los surcoreanos perciben a sus líderes en tiempos de incertidumbre.
La población observa atentamente cómo se desarrollarán los acontecimientos en los próximos días y semanas, mientras los partidos políticos y la sociedad civil navegan este complejo panorama político.