Representantes de Euskadi, Viena y Ámsterdam analizan en un congreso internacional las estrategias para afrontar la escasez de vivienda pública, resaltando la importancia de financiación estable y colaboración público-privada.

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Euskadi, representada por su director de Vivienda, Suelo y Arquitectura del Gobierno Vasco, Pablo García Astrain, y la alcaldesa de Biarritz, Maider Arosteguy, compartieron experiencias junto a delegados de #Viena y Ámsterdam, dos referentes en políticas de #vivienda pública.

Durante el evento, la responsable de Relaciones Internacionales de Wiener Wohnen, Veronika Iwanowski, explicó que en Viena más del 50 % de sus dos millones de habitantes viven en viviendas sociales, lo que equivale a aproximadamente un millón de residentes.

Este modelo, con más de 150 años de historia, se basa en una financiación estable mediante un impuesto del 1 % en el IRPF de todos los austriacos, asegurando recursos permanentes para la gestión y ampliación del parque habitacional.

Gracias a esta política, Viena logra equilibrar los precios de alquiler, proteger a los inquilinos y reducir riesgos de desahucios, además de fomentar la diversidad social y laboral en sus comunidades.

Por su parte, Richard Ronald, profesor y catedrático de Geografía en la Universidad de Ámsterdam, destacó que en la capital neerlandesa la vivienda social ha sido un pilar durante más de un siglo y medio.

Aunque esta larga trayectoria ha permitido consolidar una alta proporción de viviendas públicas, Ronald señaló que los Países Bajos aún enfrentan la necesidad de construir más de 400.000 viviendas asequibles para responder a la demanda actual. Subrayó que en los últimos años muchas viviendas vacías se han incorporado al mercado de alquiler y se están iniciando nuevos proyectos de construcción.

Es crucial que los gobiernos mantengan una política de vivienda pública activa y sostenible a largo plazo

Para él, es crucial que los gobiernos mantengan una política de vivienda pública activa y sostenible a largo plazo, incluyendo alianzas con el sector privado, para ofrecer soluciones variadas como las viviendas colaborativas o 'coviviendas'.

La alcaldesa de Biarritz expresó la urgencia de afrontar el problema en zonas pequeñas, donde la lista de espera para acceder a una vivienda supera las 2.000 personas. Arosteguy criticó las leyes francesas y las limitaciones territoriales del municipio, donde más del 50 % del terreno es no edificable, dificultando nuevas construcciones.

Actualmente, están trabajando en colaboración con la Mancomunidad del País Vasco para construir 250 nuevas viviendas, de las cuales el 60 % serán sociales.

García Astrain cerró el debate recordando que #Euskadi ha sido pionera en desarrollar políticas de vivienda, desde la Ley Maturana de 1984 hasta las recientes zonificaciones tensionadas.

El objetivo del Gobierno Vasco es alcanzar en 2036 un parque público de al menos 50.000 viviendas, elevando la proporción de viviendas de protección oficial del 7 % actual al 12 %. Además, resaltó que los ayuntamientos vascos han comenzado a mostrar mayor disposición a intervenir en su parque de viviendas, respondiendo a la magnitud del desafío y a una mayor cooperación institucional.

Este diálogo entre ciudades europeas refleja un consenso: la estabilidad en la financiación, la colaboración entre sectores y una planificación a largo plazo son claves para mitigar la crisis de vivienda.