El mes de octubre en Euskadi ha sido caracterizado por su sequedad récord, temperaturas elevadas y niveles de precipitación mínimos. La Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, destaca que ha sido el octubre más seco en lo que va del siglo, con registros de lluvias muy por debajo de la media, además de un aumento en las temperaturas y eventos meteorológicos extremos.

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La Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, ha confirmado que octubre ha sido el mes más seco en lo que llevamos de siglo, con acumulados de precipitación que en muchas zonas han sido inferiores al 30 % de la media esperada, e incluso por debajo del 10 % en áreas específicas de Araba.

Solo en el norte de Gipuzkoa, algunos lugares alcanzaron un máximo de 120 litros por metro cuadrado, mientras que en el sur de Álava las precipitaciones fueron inferiores a 10 litros, situación que refuerza la gravedad de la #sequía que afecta a la comunidad.

En comparación con registros históricos, octubre suele traer lluvias moderadas y temperaturas variables, pero en 2023 la situación ha sido notablemente diferente.

Este mes ha sido también uno de los más cálidos, con una anomalía de temperaturas que superó en promedio los 1,2 °C respecto al promedio del período 1991-2020.

Esto sitúa a octubre como el noveno mes más caluroso del siglo, con series que encabezan los años 2022 y 2023. Las temperaturas medias en la costa han rondado los 17 °C, mientras que en la Llanada Alavesa han permanecido en torno a los 13 °C.

El diario climático refleja un patrón que comienza y termina con días frescos, entremezclados con una larga etapa de días cálidos, donde en varias jornadas las temperaturas alcanzaron picos de entre 6 y 8 °C por encima de lo normal en días particularmente calurosos, como los del 21 y 22 de octubre.

Las heladas fueron escasas; la primera se registró ya avanzado el mes, el día 24, en puntos de Araba, con temperaturas de hasta -2 °C en Pagoeta, y valores cercanos a 0 °C en otras localidades.

Posteriormente, en los días 27 y 28, se registraron heladas débiles en la Montaña Alavesa.

Un fenómeno destacado fue el repunte térmico hacia final de mes, en concreto desde la tarde del 30 de octubre hasta la madrugada del 1 de noviembre, cuando las temperaturas en zonas costeras, especialmente en el litoral vizcaíno, permanecieron en torno a los 20 °C, creando así un ambiente tropical durante esas noches.

Las máximas absolutas del mes se observaron en localidades de la Vertiente Cantábrica: Jarralta alcanzó los 30,5 °C, Gardea los 29,9 °C y Sodupe-Cadagua los 29,4 °C.

En la vertiente mediterránea y regiones del interior, las temperaturas máximas también estuvieron elevadas, con marcas de hasta 29 °C en localidades como Salvatierra.

Estas elevadas temperaturas estuvieron acompañadas por una insolación muy por encima de lo habitual, con un incremento del 30 al 50 % en horas de sol.

En cifras, Bilbao disfrutó de unas 190 horas de sol, Donostia de 186 y Vitoria-Gasteiz de aproximadamente 207 horas, cifras que superan notablemente los registros en años anteriores.

En cuanto a las precipitaciones, los máximos se concentraron en el noreste gipuzkoano, incluyendo el litoral, con lugares como Eskas alcanzando 122 litros por metro cuadrado.

Indicando una sequía severa en esa zona

En cambio, en el sur de Álava, las lluvias fueron prácticamente inexistentes, con acumulados que no superaron los 10 litros por metro cuadrado en localidades como Moreda y Zambrana, indicando una sequía severa en esa zona.

Donostia y Bilbao tuvieron 8 días de lluvia en total, mientras que Vitoria-Gasteiz apenas registró 5 días con precipitaciones.

El día 23 destacó por ser el más ventoso, debido a la influencia de la borrasca 'Benjamin'. En esa jornada se produjeron ráfagas huracanadas en zonas cercanas a la costa, alcanzando los 147,5 km/h en Matxitxako, y en otras áreas no expuestas, algunas ráfagas superaron los 90 km/h.

Debido a estas condiciones, el Gobierno Vasco emitió alertas naranja por oleaje y múltiples avisos amarillos por viento y oleaje, además de proyecciones de agua y salpicaduras que afectaron la navegación y las actividades marítimas.

Este mes muy seco, caluroso y ventoso ha impactado seriamente en el medio ambiente y la economía local, agravando la situación de sequía que ya afectaba a la región.

La escasez de lluvias y el aumento de temperaturas también han afectado a la flora y fauna, generando preocupación entre los agricultores y las autoridades ambientales.

Países vecinos como Francia y Portugal, también han enfrentado largos periodos de sequía en 2023, reflejo de un fenómeno que parece extenderse en gran parte del sur de Europa, en un contexto de cambio climático.