Euskadi fortalece su sistema de Formación Profesional mediante la aprobación de un nuevo marco normativo que promueve centros más flexibles, innovadores y enfocados en la empleabilidad y el desarrollo económico de la región.

El Gobierno Vasco dio un paso decisivo en la modernización de su sistema de Formación Profesional (FP) con la aprobación, en el día de hoy, del Decreto de Centros Integrados de FP en Consejo de Gobierno.
Esta nueva normativa busca consolidar un modelo formativo dinámico, innovador y estrechamente alineado con las necesidades actuales de la sociedad vasca y su tejido productivo.
Desde hace años, Euskadi ha sido reconocida por su liderazgo en educación técnica y formación profesional, en un contexto en el que la adaptabilidad y la innovación son claves para la competitividad regional.
La introducción de los Centros Integrados responde a una tendencia global de transformar la FP en un instrumento que no solo imparte conocimientos, sino que también actúa como catalizador del empleo y del desarrollo económico.
Estos centros representan una nueva generación de instituciones académicas: más flexibles, abiertas y conectadas con su entorno. La oferta educativa de los Centros Integrados se ajusta a perfiles diversos, atendiendo tanto a personas en diferentes etapas de su vida laboral como a sectores económicos en constante evolución.
Además, fomentan activamente la inclusión y el desarrollo de competencias transversales, esenciales en un mercado laboral cada vez más digital y globalizado.
El modelo vasco de Formación Profesional ha logrado situarse como un referente internacional, gracias a su enfoque integral. La colaboración entre centros, empresas y estudiantes forma un trípode que promueve la innovación en la formación, mediante iniciativas de aprendizaje dual, proyectos de innovación conjunta y la participación activa del tejido empresarial.
Estas acciones permiten que la FP no se limite al aula, sino que contribuya directamente a la transformación del entorno productivo vasco.
El nuevo decreto potencia esta tendencia, estableciendo un marco normativo que reconoce la multifuncionalidad de los centros. Ahora, estos no solo cumplirán su papel educativo, sino que también liderarán procesos de innovación, transformación digital y desarrollo estratégico en colaboración con sus entornos.
El cambio organizativo que implica esta normativa incluye la creación de estructuras de gestión más horizontales, promoviendo una mayor coordinación y participación.
El rol del profesorado también experimenta una significativa evolución, asumiendo responsabilidades en ámbitos como la innovación, el emprendimiento, la digitalización y el acompañamiento del alumnado.
Además, los centros liderarán procesos de transformación digital y de modernización, alineándose con los objetivos de la Estrategia Vasca 2030 para el fomento de la educación y el desarrollo económico.
Desde el punto de vista económico, el coste de la implementación de la formación dual y otros proyectos innovadores en Euskadi adquieren una relevancia importante.
Aunque no hay cifras oficiales en euros, se estima que la inversión en programas de formación y en la actualización de los centros puede rondar los 30 millones de euros, equivalentes a aproximadamente 32 millones de dólares estadounidenses, destinando recursos a impulsar un sistema que fomente la creación de empleo y el emprendimiento.
En definitiva, la aprobación de este decreto refuerza la apuesta de Euskadi por una formación alineada con las necesidades del entorno, capaz de formar a profesionales altamente cualificados y promover un tejido empresarial más competitivo e innovador.
La transformación de los centros y la renovación del modelo educativo son elementos clave para afrontar con éxito los retos del siglo XXI y posicionar a Euskadi como una región puntera en formación y economía a nivel internacional.