La empresa Ekienea, formada por Iberdrola y entidades vascas, desarrolla en Álava un parque solar de 125,89 MW que generará energía limpia para cerca de 47.500 hogares, con una inversión de unos 70 millones de euros y la creación de 300 empleos durante la construcción.

Imagen relacionada de ekienea impulsa el mayor parque fotovoltaico en euskadi con una inversion de aproximadamente 70 millones de euros

En Euskadi, se está dando un paso importante en la expansión de las energías limpias con el desarrollo del mayor parque fotovoltaico en la región, un proyecto impulsado por la sociedad Ekienea, en la que participan Iberdrola con un 75%, el Ente Vasco de la Energía (EVE) con un 18%, Krean del Grupo Mondragón con un 5%, y la Diputación Foral de Álava con un 2%.

Este nuevo parque, situado en el municipio alavés de Armiñón, contará con una potencia instalada de aproximadamente 125,89 megavatios (MW), casi el triple de la capacidad existente en Euskadi, que ronda los 50 MW en suelo, además de otros 150 MW en autoconsumo en tejados.

La inversión estimada para completar esta planta fotovoltaica alcanza los 70 millones de euros, que servirán también para potenciar la economía local mediante la creación de aproximadamente 300 empleos durante las fases de construcción y puesta en marcha.

La infraestructura será capaz de producir unos 155 gigavatios hora (GWh) anuales, suficiente para abastecer a unos 47.500 hogares y evitar la emisión a la atmósfera de unas 12.400 toneladas de CO2 cada año, contribuyendo significativamente a los compromisos de sostenibilidad del País Vasco.

Este ambicioso proyecto ha obtenido ya la Declaración de Impacto Ambiental favorable y cuenta con todos los permisos necesarios para su ejecución, cuya finalización podría suponer un avance relevante en la matriz energética de Euskadi.

La planta estará instalada en un terreno de 200 hectáreas, de las cuales 100 se dedicarán a la planta fotovoltaica propiamente dicha y las otras 100 a proyectos de conservación y compensación ambiental, incluyendo zonas reforestadas y corredores ecológicos.

Para garantizar la convivencia con la biodiversidad, Ekienea ha diseñado múltiples iniciativas, como una banda de amortiguamiento de 150 metros desde la laguna de Lacorzana, reforestada con quejigal y arbustivos, además de corredores ecológicos entre diferentes zonas sensibles, y la creación de varias charcas que servirán como refugios para anfibios y otras especies.

Asimismo, el proyecto contempla un enfoque agroganadero ecológico, incluyendo la introducción de ganadería ovina, plantación de frutales, zonas hortícolas biointensivas en invernaderos y parcelas para forraje.

Esta estrategia integral busca no solo generar energía limpia sino también promover la sostenibilidad agrícola y la conservación del entorno natural.

En cuanto a las conexiones, la planta estará vinculada mediante una línea de 17 kilómetros a un nodo en Puentelarrá, que facilitará la distribución de la electricidad generada, además de impulsar la innovación tecnológica en empresas vascas vinculadas a proyectos de energías renovables.

El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno Vasco, Mikel Jauregi, afirmó que “Desde el Gobierno impulsamos un desarrollo equilibrado de los parques fotovoltaicos, que cumplan con nuestros estándares ambientales y favorezcan la colaboración público-privada”.

Este proyecto no solo tiene una importancia medioambiental, sino que también representa un importante impulso económico para la región, especialmente en un contexto donde las energías renovables se posicionan como clave para alcanzar la transición energética en Europa.

En una perspectiva histórica, Euskadi ha experimentado una evolución significativa en su matriz energética, pasando de una economía basada en la industria basada en combustibles fósiles a una más diversificada y consciente del impacto ambiental.

La implantación de parques solares como el de Ekienea refleja el compromiso con la sostenibilidad y la innovación, en línea con las metas establecidas por la Unión Europea para reducir emisiones y fomentar la independencia energética del continente.

En definitiva, la instalación fotovoltaica en Armiñón simboliza un avance decisivo en los esfuerzos de Euskadi por expandir su capacidad de generación de energía limpia, consolidando su papel en la lucha contra el cambio climático y abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social de la región.