Años de promesas y avances en el sector automotriz no han logrado aún que los vehículos completamente autónomos sean una realidad en las calles estadounidenses. Expertos y empresas del sector aseguran que la tecnología está en camino, pero todavía falta mucho para que los conductores puedan dejar de lado el control manual en la mayoría de los casos.

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A pesar de las numerosas promesas hechas por la industria automotriz y tecnológica en las últimas décadas, los coches completamente autónomos todavía no están disponibles para la venta en Estados Unidos.

Aunque en los primeros años del siglo XXI se proyectaba una rápida adopción de vehículos sin conductor, la realidad actual muestra un panorama diferente.

Actualmente, los vehículos que circulan sin intervención humana en las carreteras americanas representan una fracción ínfima de lo prometido en los días de mayor entusiasmo por la tecnología.

Supuestamente, las compañías automotrices y tecnológicas han invertido miles de millones de dólares en desarrollar sistemas de conducción autónoma, prometiendo revolucionar el transporte con vehículos que puedan conducirse solos en cualquier circunstancia.

Sin embargo, los avances han sido más lentos y complejos de lo esperado. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) ha publicado recursos explicativos sobre los diferentes niveles de automatización y los sistemas que ofrecen las marcas, como las ayudas a la conducción de nivel 2 que ya están en el mercado.

Pero la realidad es que ningún vehículo en venta actualmente en #EE.UU. es completamente autónomo.

Supuestamente, en el nivel más avanzado, el nivel 5, los vehículos serían capaces de conducir sin intervención alguna, en cualquier condición y en cualquier entorno.

Pero los expertos consideran que todavía estamos lejos de esa meta. Algunos sistemas, como el SuperCruise de General Motors, están en proceso de ser actualizados y podrían llegar a un nivel 3 en 2028. Esto significa que el vehículo puede conducir de forma autónoma en ciertas condiciones, pero requiere que un humano esté atento y listo para tomar control en cualquier momento.

En países como Alemania y Japón, los avances en conducción autónoma son más visibles, con pruebas y despliegues limitados de vehículos en entornos controlados.

En EE.UU., sin embargo, las regulaciones y las preocupaciones sobre la seguridad han frenado la adopción masiva. El caso de Tesla, que empezó en 2023 con pruebas limitadas de su sistema de conducción autónoma en Austin y otras ciudades, ha sido objeto de críticas y controversias.

La compañía supuestamente ha enfrentado cuestionamientos sobre la fiabilidad y la seguridad de sus tecnologías, y algunos reguladores exigen mayores controles antes de permitir una expansión más amplia.

Supuestamente, incidentes trágicos, como el atropello mortal de un peatón en 2018 por un vehículo autónomo de Uber en Arizona, han aumentado la desconfianza del público.

Otros accidentes, como el ocurrido en San Francisco en 2023, donde una persona resultó gravemente herida tras ser atropellada por un coche autónomo, también han contribuido a que la percepción pública sea de cautela.

A pesar de estos obstáculos, la industria insiste en que los avances continúan y que en los próximos años veremos una mejora significativa en la tecnología.

Se estima que, para 2035, los vehículos totalmente autónomos podrían comenzar a ser una opción en ciertos mercados, pero todavía no hay una fecha definitiva para su adopción masiva.

La realidad es que, aunque la promesa de un transporte sin conductor suena prometedora, todavía estamos en la fase de pruebas y desarrollos, y la implementación generalizada aún requiere superar importantes desafíos regulatorios, tecnológicos y de confianza pública.

En suma, el sueño de los coches autónomos sigue siendo una meta a largo plazo. La tecnología avanza lentamente, y la seguridad sigue siendo la principal preocupación. Mientras tanto, los conductores continúan siendo responsables al volante, y las calles aún están lejos de ver una revolución en la movilidad impulsada por vehículos completamente automáticos.