Siete tiendas de JCPenney en Estados Unidos cerrarán sus puertas el 25 de mayo de 2025, en medio de una reestructuración que incluye otras cadenas como Macy's y Kohl's. La histórica cadena de tiendas ha atravesado dificultades financieras desde su bancarrota en 2020, afectando a miles de empleados y a la economía local de varias ciudades.

En un movimiento que refleja las profundas transformaciones en el sector del comercio minorista, JCPenney anunció que cerrará siete de sus tiendas en Estados Unidos el próximo 25 de mayo de 2025.
Esta decisión se suma a una serie de cierres de tiendas en los últimos años, marcando una etapa de dificultades para la veterana cadena de grandes almacenes.
Desde su declaración de bancarrota en 2020, JCPenney ha tenido que adaptar su estrategia ante los cambios en los hábitos de consumo y la creciente competencia del comercio electrónico.
Las tiendas que cerrarán en esta ocasión se localizan en diferentes estados, incluyendo California, Colorado, Idaho, Kansas, New Hampshire, Carolina del Norte y Virginia Occidental.
Entre ellas se encuentran establecimientos emblemáticos, como The Shops at Tanforan en San Bruno y Pine Ridge Mall en Pocatello. La noticia ha generado preocupación tanto entre los empleados como en las comunidades donde estas tiendas operan, ya que muchas de ellas han sido pilares económicos y sociales durante décadas.
Históricamente, JCPenney fue fundada en 1902 por James Cash Penney y se convirtió en uno de los mayores referentes del comercio minorista en Estados Unidos.
Durante el siglo XX, su crecimiento fue exponencial, expandiendo su presencia a nivel nacional y convirtiéndose en un símbolo de la cultura estadounidense de las compras.
Sin embargo, en las últimas décadas, la llegada de nuevos competidores y los cambios en los hábitos de consumo han afectado su rentabilidad.
Tras su bancarrota en 2020, JCPenney fue adquirida por el grupo inmobiliario Simon Property Group y Brookfield Asset Management, quienes buscaron revitalizar la marca mediante diversas estrategias, incluida la alianza con marcas como Forever 21, Brooks Brothers y Eddie Bauer, a través de la creación de Catalyst Brands.
Aunque estos movimientos tenían como objetivo aumentar las ventas y reducir pérdidas, la realidad del mercado ha obligado a la cadena a tomar decisiones difíciles, como el cierre de tiendas.
El cierre de las siete tiendas programadas para mayo de 2025 forma parte de una estrategia de optimización de recursos, basada en la evaluación de la rentabilidad y la viabilidad de cada ubicación.
La cadena ha explicado que estos cierres no están relacionados con la fusión con Catalyst Brands, sino que responden a factores como contratos de arrendamiento que están por expirar, cambios en el mercado y la disminución del flujo de clientes en ciertos malls.
Este fenómeno no es exclusivo de JCPenney. En los últimos años, varias cadenas tradicionales han tenido que cerrar numerosas tiendas debido a la competencia de plataformas digitales y la reducción del consumo en tiendas físicas.
Macy's y Kohl's, por ejemplo, también han anunciado cierres en diferentes mercados, en un intento de adaptarse a la nueva realidad económica.
Para las comunidades afectadas, estos cierres representan un impacto económico significativo, ya que muchas de estas tiendas eran empleadores importantes y puntos de referencia locales.
La pérdida de empleos y de un espacio de encuentro social afecta también la dinámica local y la economía de pequeñas ciudades.
Por su parte, los analistas consideran que estos cierres son una parte inevitable del proceso de transformación del retail. La tendencia hacia las compras en línea y la preferencia por experiencias de compra más personalizadas están redefiniendo el concepto de las tiendas físicas.
Empresas como JCPenney intentan reinventarse, pero el camino hacia la recuperación es complejo y requiere innovaciones constantes.
En conclusión, el cierre de siete tiendas JCPenney en mayo de 2025 simboliza una etapa de cambios profundos en el sector minorista estadounidense. Aunque representa una pérdida para las comunidades locales, también refleja la necesidad de adaptación en un mercado en rápida evolución, donde la tecnología y las nuevas preferencias de los consumidores dictan las reglas del juego.