El presidente Donald Trump ha anunciado la aplicación de aranceles del 100% a los medicamentos de marca y nuevos impuestos a camiones, muebles y electrodomésticos. Estas medidas podrían elevar los precios en las farmacias y afectar la economía de los consumidores estadounidenses.

La medida contempla un arancel del 100% sobre los #medicamentos de marca y patentados importados, lo que, según expertos, podría traducirse en un incremento sustancial en los costes en las farmacias del país.
Supuestamente, esta decisión forma parte de una estrategia para proteger la producción nacional y reducir la dependencia de insumos extranjeros, aunque también ha generado preocupación en el sector de la #salud y en los consumidores, quienes podrían ver aumentados sus gastos en medicinas.
La medida entra en vigor a partir del 1 de octubre de 2025 y, en principio, no afectaría a países con acuerdos comerciales ya negociados, como Japón y las naciones de la Unión Europea.
Los analistas presuntamente estiman que estos #aranceles podrían incrementar los precios de los medicamentos de marca en aproximadamente un 20% a 50%, dependiendo del producto y la cadena de suministro.
Para ponerlo en contexto, supuestamente un medicamento que actualmente cuesta unos 100 dólares estadounidenses (aproximadamente 92 euros) en farmacia, podría pasar a costar entre 120 y 150 dólares (110 a 138 euros) tras la aplicación de estos aranceles.
Es importante señalar que en Estados Unidos, la estructura de precios de los medicamentos es muy compleja y está influenciada por múltiples actores, incluyendo compañías farmacéuticas, aseguradoras, intermediarios y reguladores.
La existencia de patentes permite a las empresas fijar precios sin competencia durante un período, pero después de la expiración de estas, los genéricos suelen reducir los costes para los consumidores.
La imposición de aranceles podría tener un efecto dominó
No obstante, la imposición de aranceles podría tener un efecto dominó, elevando también los costes en la fabricación de insumos y equipos médicos, muchos de los cuales son importados.
Supuestamente, compañías como AstraZeneca, Eli Lilly y Roche, que han invertido en plantas de producción en EE.UU., podrían beneficiarse de exenciones, pero las industrias de genéricos y dispositivos médicos temen que los nuevos impuestos encarezcan aún más la producción y distribución.
El sector farmacéutico estadounidense ha reaccionado con preocupación ante esta medida. La Asociación para la Accesibilidad a los Medicamentos (presuntamente) ha declarado que la mayoría de los ingredientes utilizados en los medicamentos en #EE.UU. se fabrican en el país, pero los costos adicionales en importaciones y materiales podrían presionar los precios al alza. Además, la industria advierte que estos aranceles podrían frenar futuras inversiones en innovación y desarrollo de nuevas terapias.
En el contexto histórico, los aranceles y medidas proteccionistas no son nuevos en la #política económica estadounidense. Durante la Gran Depresión, en los años 30, la imposición de aranceles excesivos tuvo consecuencias devastadoras para la #economía global. Aunque la intención en 2025 es proteger la producción local, muchos expertos consideran que estas políticas pueden generar efectos negativos en la competencia y en los precios finales para los consumidores.